El parlamentario de Ezker Batua y líder de Izquierda Unida en Euskadi, Mikel Arana, ha señalado que lo que interesa no es conocer cuántas casas tiene un ministro al llegar al cargo, sino "cuántas tiene al dejar ese cargo" y, sobre todo, "cómo las ha obtenido". En este sentido, ha abogado por "no confundir transparencia con cotilleo".

En un artículo publicado en su blog, recogido por Europa Press, Arana señala que la publicación de los gastos de la asignación directa de los presupuestos a la familia real ha sido un "gran día para los cotillas del país, que se dedicarán a escudriñar el destino del último euro y comentarlo luego con las amistades y la familia".

A su juicio, el hecho ha sido una gran "cortina de humo" para los monárquicos, que enseñando el gasto que forma parte de la asignación directa conseguirán que la mayoría de la gente se olvide del resto de gastos que supone "esta familia", como los de seguridad, viajes, patrimonio, y que "aunque no los conoceremos nunca suman cantidades mucho mayores que las que se darán a conocer".

Para Arana, lo verdaderamente importante no es cuánto gastan los miembros de la familia real "en peluquería, comidas o sueldos", lo verdaderamente importante es conocer su "patrimonio personal y si se ajusta a la suma de las asignaciones anuales de los últimos 30 años".

"De la misma manera que no me interesa cuántas casas tiene un político o una ministra al llegar al cargo, lo que me interesa es cuántas tiene al dejar ese cargo y sobre todo, cómo las ha obtenido", ha incidido.

En su opinión, si alguien, "por muy ministra o ministro que sea", no tiene ninguna cuenta pendiente con Hacienda y tiene cierto patrimonio, tiene "todo el derecho del mundo a tenerlo sin que la legión de cotillas que vivimos en este país nos dediquemos a despellejarla".

"Otra cosa muy diferente es que tenga mucho más al salir del ministerio que al entrar y no pueda justificarlo, pero no, eso ya no nos importa, total como ya ha dejado el Ministerio, qué más da", señala, para añadir que no hay que confundir "la transparencia con el cotilleo, ni las cortinas de humo con los verdaderos ámbitos de opacidad que existen en las instituciones de todo tipo, sobre todo las más lejanas a la ciudadanía como el Banco Mundial, FMI o Comisarías europeas.