La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, en la denominada Operación "Angora" desarrollada en Melilla bajo la dirección y supervisión del Juzgado de Instrucción número 2 de la Ciudad, ha desarticulado "una de las mayores organizaciones dedicada al tráfico de seres humanos realizada" en la ciudad española del Norte de África.

A la organización se le atribuye la introducción de más de 22 inmigrantes a través de nuestra frontera pudiendo haber cobrado por cada uno de ellos una cantidad que oscila entre 3.000 y 4.000 euros por cada uno pudiendo haber obtenido unos beneficios que oscilarían entre 60.000 y 80.000 euros.

Según ha informado a Europa Press un portavoz de la 2006 Comandancia, la investigación ha estado enmarcada en el análisis y fijación de objetivos de los vehículos que con dobles fondos acceden a Melilla con inmigrantes ocultos en dobles fondos que se inició a mediados de agosto del presente año.

Así ha señalado que el balance final se ha saldado con la identificación plena de una decena de personas integrantes de la organización, cinco detenidos y la incautación de cuatro vehículos preparados para realizar la actividad ilícita.

Modus operandi

Según ha explicado el portavoz policial, la organización se dedicaba de forma continua al pase de inmigrantes a Melilla de origen subsahariano en dobles fondos de vehículos y estaba formada por personas de nacionalidad española y marroquí.

La citada fuente ha asegurado que la red estaba estructurada y jerarquizada asumiendo cada uno de ellos su rol a ambos lados de la frontera. "En el territorio marroquí, concretamente en las localidades vecinas de Beni Enzar y Nador, eran los lugares preferidos para captar a las víctimas de este tipo delictivo y era donde se preparaban los vehículos para introducir en habitáculos infrahumanos a los inmigrantes que se jugaban la vida al intentar cruzar la frontera hacia Melilla ocultos en los dobles fondos practicados", ha indicado.

En la ciudad española en cambio "se hacían otras labores más sofisticadas como la adquisición de vehículos, matriculación y sobre todo, la captación de conductores que se atreviesen a cruzar la frontera con el vehículo 'cargado'".

En este sentido, ha subrayado que "han sido muchas las ocasiones en las que se han detectado episodios de inmigrantes subsaharianos que al ser extraídos de los dobles fondos mostraban evidentes síntomas de asfixia, quemaduras y mareos mostrado una desorientación plena cuando se le extraía del doble fondo".

Del mismo modo, ha apuntado que las personas que se encargaban de adquirir los vehículos para su posterior preparación mediante la práctica del doble fondo eran los propios dirigentes de la red en Melilla, mientras que los conductores-titulares de los vehículos "captados por esta mafia eran personas de escasos recursos económicos, personas necesitadas por su precaria situación económica y su urgente necesidad de dinero".

El portavoz policial ha comunicado que el líder de la red tenía a su hombre "mano derecha" y "matón" el cual "no dudaba en intimidar, amenazar y extorsionar a sus hombres subordinados" en la red para que el negocio" de introducción de inmigrantes subsaharianos en Melilla "fuese siempre por buen camino".

Durante el transcurso de la operación algunos conductores y vehículos de la organización han sido interceptados por la fuerzas de seguridad marroquíes en su labor diaria de fiscalización y control de los vehículos de Melilla que proceden a entrar en territorio marroquí, permaneciendo sus conductores aún en prisión en Marruecos.

Colaboración y dificultades

En la intervención conjunta de la Guardia Civil y Policía Nacional han sido detenidos en Melilla cinco las personas detenidas, todos ellos varones y de distintas edades habiendo sido uno de ellos detenido con anterioridad por los mismos hechos. Todos ellos han sido puestos a disposición de la Autoridad Judicial y tres de ellos han sido enviados a prisión.

Los delitos imputados a todos los miembros de esta red son el presunto delito de organización criminal, amenazas, coacciones y delito contra el derecho de los ciudadanos extranjeros, estando este último tipificado en el actual Código Penal con penas aparejadas de hasta ocho años de cárcel, viéndose agravado por los otros tipos.

La investigación ha sido fruto de la estrecha colaboración y sincronización entre ambos cuerpos policiales, concretamente la Ucrif de la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de la Policía y la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, los cuales han trabajado durante más de seis meses "demostrando una capacidad y una profesionalidad intachable para combatir y frenar el tráfico de seres humanos en nuestra Ciudad" ha subrayado el portavoz policial, quien ha reconocido no obstante que "la investigación no se ha visto exenta de ciertas dificultades por la publicación de información sobre la forma de trabajar de los miembros de las FCSE en los pasos fronterizos por agentes ajenos a esta investigación".