El Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga ha condenado por una falta de lesiones a uno de los tres acusados en relación con la muerte de un hombre en julio de 2005 en la puerta de una caseta del municipio malagueño de Casarabonela. Se le impone una multa de seis euros diarios durante un mes.

Así, el Juzgado absuelve a los tres procesados del delito de homicidio imprudente del que se les acusaba y absuelve a dos de ellos de la falta de lesiones, según la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press.

Según se declara probado en la sentencia, los dos porteros, junto al otro procesado, mantuvieron una discusión con otro hombre, que posteriormente falleció, y que pretendía entrar en la caseta "portando un vaso de cristal con bebida", lo que provocó una discusión entre uno de los porteros y la víctima, "que degeneró en un forcejeo, en el curso del cual ambas partes se propinaron golpes mutuamente".

Entonces, según la sentencia, el fallecido tuvo lesiones de carácter leve, como equimosis y hematomas "que hubieran provocado para su curación una sola asistencia facultativa".

Transcurrido un corto espacio de tiempo, entre uno y cinco minutos, el fallecido, que padecía una cardiopatía dilatada previa, se desvaneció, "lo que unido a que presentaba una concentración de etanol en la sangre de 1,75 gramos por litro, le provocó la muerte debido como causa fundamental a la miocardiopatía y como factores secundarios a la intoxicación etílica y el estrés físico y emocional producido por el anterior enfrentamiento con los porteros".

Durante el juicio, la fiscal explicó que existían contradicciones entre los testigos sobre si la víctima recibió o no una patada y golpes. Por contra, las otras dos acusaciones, una personada en representación de la madre y de los hermanos del fallecido; y la otra, de la viuda de la víctima, mantuvieron sus acusaciones y conclusiones, solicitando para los tres procesados una pena de cuatro años de cárcel, al considerar que existían pruebas "más que suficientes" para condenarlos.

En las sesiones, los procesados negaron que le empujaran contra una cancela y que le pegaran una patada. De hecho, dos de ellos dijeron que no tuvieron ni contacto físico con el hombre; mientras que el tercero explicó que éste, que iba bebido, fue el que le arrolló y ambos cayeron al suelo. Los tres coincidieron en que hubo un altercado la segunda vez que la víctima intentó entrar en la caseta con un vaso.