Se trata de unas zanjas abiertas en el suelo que forman parte del diseño, pero que son «tremendamente peligrosas» para los niños y ancianos, así como unas estructuras metálicas en la entrada y salida del parque que «pueden actuar como verdaderas cuchillas», avisó otro residente de la zona.Ésta fue una de las peticiones que la asociación de vecinos del Realejo trasladó al equipo de Gobierno local (PP) durante su visita al distrito. Además, la presidenta del colectivo, Carmen Nestares, demandó a las autoridades una mayor limpieza en el barrio y la actuación sobre varios edificios en ruina «que ponen en peligro la seguridad de los viandantes».