Los microcréditos "son una oportunidad" para la gente en riesgo de exclusión social, según el director de la ONG Treball Solidari, Antoni Riera, entidad que ha desarrollado el programa del que se benefician 28 mujeres inmigrantes.

Tres de las 28 mujeres inmigrantes que han sido aceptadas en el programa de Treball Solidari para el autoempleo y que recibirán 1.000 euros para empezar a reconstruir sus sueños son Patricia, Tigida, e Inés, quienes sólo tienen en común el hecho de ser mujeres y que quedaron al borde del desamparo hasta que consiguieron poner en marcha sus pequeñas empresas, gracias a este microcrédito que recibirán en enero.

Tigida Gassana nació en Senegal y tras trabajar en la limpieza de casas y el cuidado de niños en Calvià, en 2001 se vio sin trabajo. Cocinera de profesión, tras darle muchas vueltas, empezó a elaborar un nuevo proyecto: montar una empresa de comida para llevar.

En julio, la ONG de Antoni Sierra, Treball Solidari, se puso en contacto con la Fundació Deixalles -una organización que trabaja por la inserción socio-laboral de personas en riesgo de exclusión social- para presentarle su metodología de crédito basada en la confianza.

En septiembre de 2011, se constituyeron los grupos de usuarias y empezó el trabajo con los grupos de usuarias. En diciembre se seleccionó a las elegidas y Tigida era una de ellas.

De momento los 1.000 euros de crédito inicial, no le van a dar para el puesto de comida para llevar pero sí para repartir a domicilio. Hace buñuelos, empanada de atún y prepara un refresco de fresa senegalés que se llama Bisap. Además, ya ha previsto que próximamente importará fideos para cocinarlos con pollo.

Por su parte, Inés Parravicini, bonaerense de 54 años, quien llegó a España en 2003, montó 'La Galera', una empresa con la que da clases de español para extranjeros y realiza talleres literarios, "le va saliendo el trabajo". No obstante, según dice, "ahora falta" la ayuda de Treball Solidari, que se materializará en enero, con la que confía en poder ampliar el negocio a talleres de manualidades.

Patricia Ara, uruguaya de 41 años pero educada en Estados Unidos, llegó a Mallorca y, tras sorprenderse porque la "mayoría" de la gente no hablara inglés, creó Langsys para enseñar inglés a niños y adultos basándose en un sistema que combina los "métodos clásicos con los talleres". Profundizan en el "juego de rol", interpretando situaciones y usando "fórmulas experimentales", ofrece una "enseñanza sólida y estructurada". Además, realiza un campus de verano para niños y cursos de inmersión para adultos en agroturismos.

Los microcréditos se desembolsan en enero y a partir de febrero se gestionarán y se controlarán los grupos de usuarias. Si los iniciales funcionan el año que viene se darán unos de 2.000 euros. Y así hasta 10.000. Un pequeño desembolso, "que supone una oportunidad", sentencia Sierra.