La Guardia Civil de Arganda del Rey ha detenido a 29 personas que integraban un grupo de traficantes de estupefacientes que, con base en la Cañada Real Galiana, operaban en localidades del sureste de la Comunidad.

Según ha informado este viernes la Comandancia de Madrid, los detenidos acumulan más de un centenar de antecedentes; uno de ellos ha cumplido prisión por el asesinato de un ciudadano argelino en Rivas-Vaciamadrid en mayo de 2007; y sobre una mujer, asentada en Collado Villalba, pesaba una orden de búsqueda y detención europea por secuestro y lesiones.

La operación, denominada Ibis, se inició a finales del pasado mes de agosto cuando un ciudadano de origen magrebí sufrió una agresión con arma blanca en un parque de Arganda del Rey.

Los agentes que se hicieron cargo del caso localizaron a un individuo que, al verse cercado por ellos, huyó por las vías del metro deshaciéndose de una mochila en la que guardaba varios teléfonos móviles, un pasaporte a nombre de un ciudadano magrebí, 900 gramos de hachís y mil euros en efectivo.

La Guardia Civil determinó entonces que la agresión del parque podía haberse debido a un ajuste de cuentas por tráfico de hachís. La investigación llevó a los agentes a localizar a un grupo de personas que se dedicaban al tráfico de sustancias estupefacientes en varias localidades madrileñas.

El centro neurálgico de sus operaciones estaba situado en la Cañada Real Galiana, donde introducían la droga en dobles fondos de coches o a través de "mulas" (personas que transportan las sustancias en su cuerpo).

La Guardia Civil determinó que para distribuir la droga, los ahora detenidos estaban divididos en tres grupos que atendían tres zonas de la región: la de Madrid (Villaverde, Vicálvaro y Cañada Real); la de Rivas (Arganda del Rey, Rivas y Cañada Real); y la de Alcalá de Henares, Morata de Tajuña, Brea de Tajo, Valdilecha y Villarejo de Salvanés.

Los encausados realizaban las transacciones mediante "pases" y concertaban citas telefónicas en lugares cercanos a sus viviendas para evitar ser sorprendidos, detectar cualquier operativo policial y desprenderse rápidamente de la droga. Para transacciones de cierta entidad, aprovechaban los cambios de turno de las patrullas, hacían maniobras de despiste y, en ocasiones, iban acompañados de niños.

Sin embargo, la Guardia Civil consiguió sorprender a los ahora detenidos con registros simultáneos en sus viviendas de la Cañada Real, una de las cuales, propiedad de ciudadanos españoles, contaba con varias puertas consecutivas de entrada para dificultar la intervención de las fuerzas de seguridad.

Al verse sorprendidos, varios miembros del clan familiar intentaron deshacerse de la droga tirándola a las vías del Metro envuelta en ropa mientras otros familiares intentaban entretener a los agentes. La mayoría de los 29 detenidos son de origen marroquí, aunque también hay varios españoles y un colombiano, encargado de la importación de la droga.

En los registros domiciliarios, la Guardia Civil se ha incautado de más de diez kilogramos de cocaína, hachís y marihuana; 40.000 euros en efectivo; cinco vehículos; 75 teléfonos móviles; básculas y utensilios para la distribución de las sustancias; un arma simulada y dos machetes de grandes dimensiones. A los 29 detenidos, cinco de los cuales ya han ingresado en prisión, se les imputa un delito contra la salud pública y otro de pertenencia a organización criminal.