El nuevo acelerador de electores del Hospital Miguel Servet permite tratar tumores "con la máxima precisión"

El nuevo acelerador lineal de electores del Hospital Miguel Servet de Zaragoza permite tratar los tumores cancerígenos "con la máxima precisión, evitando efectos perjudiciales en órganos y tejidos que están alrededor del tumor", ha explicado el consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, Ricardo Oliván.
El Consejero De Sanidad, Ricardo Oliván.
El Consejero De Sanidad, Ricardo Oliván.
EUROPA PRESS
El Consejero De Sanidad, Ricardo Oliván.

El nuevo acelerador lineal de electores del Hospital Miguel Servet de Zaragoza permite tratar los tumores cancerígenos "con la máxima precisión, evitando efectos perjudiciales en órganos y tejidos que están alrededor del tumor", ha explicado el consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia del Gobierno de Aragón, Ricardo Oliván.

Durante una visita a las instalaciones este viernes con motivo de la puesta en marcha del segundo acelerador del Hospital, Oliván ha recalcado que se trata de una precisión "milimétrica", algo "fundamental para que los pacientes de cáncer sufran mucho menos con este tipo de tratamientos".

"Esta ya a punto de ponerse en funcionamiento al cien por cien, a partir de enero, ahora funciona, pero sin alcanzar el máximo de su potencial", ha concretado el consejero, quien ha añadido que el acelerador "va bien" y que aunque el paciente "no nota en un instante las ventajas, sí las notará a corto plazo".

Oliván no ha indicado la cifra total de inversión que ha supuesto la implantación de un segundo acelerador en el Hospital Miguel Servet, pero ha insistido en que "son inversiones que cuestan dinero pero con una ventaja social evidente". 840.000 HABITANTES

Por su parte, el jefe de Oncología Radioterápica del Hospital Miguel Servet, Martín Tejedor, ha recordado que el centro cubre un área de población de 840.000 habitantes, por lo que sólo con un acelerador "nos quedábamos muy justos".

"Estábamos funcionando de ocho a doce de la noche con el otro acelerador, el segundo por ahora va de ocho a tres, pero a partir de enero también lo hará en horario de tarde-noche y eso nos permite tratar a muchos más pacientes y evitar que sean desplazados a otros centros", ha explicado.

En el primer acelerador, puesto en marcha desde 2009, se administran 72 sesiones diarias, en el nuevo, que empezó su funcionamiento parcial el pasado septiembre, atenderá a 46 pacientes al día.

"Al tener dos aceleradores vamos a tratar cosas que antes no, ya que una tecnología tan avanzada compite con los tratamientos tradicionales" ha subrayado Tejedor, al tiempo que ha añadido que se van a tratar todo tipo de tumores, entre ellos el de páncreas "que antes no se trataban".

No obstante, ha asegurado que "el tiempo con tratamiento es un poco más largo que con el otro acelerador que tenemos, el primero atiende a seis pacientes a la hora este a cuatro, pero permite dar dosis diarias más altas, por lo que los tratamientos son más cortos".

También ha manifestado que son inversiones "un poco complicadas" por el espacio que hay que tener y la planificación, aunque ha recordado que el Miguel Servet cuenta con espacio "para un tercer acelerador".

BÚNKER

Los dos aceleradores se encuentran situados en dos búnker distintos que se construyeron en el año 2006, ha recordado el jefe del Servicio de Física, José Antonio Font.

Estos búnker se tienen que construir con "un plan de energía que marca el Consejo de Seguridad Nuclear, que es el que debe darte la autorización para colocar los aceleradores en ellos y realizar los tratamientos", ha apostillado.

La instalación de los aceleradores tarda en realizarse, una vez recibida la autorización, entre mes y medio y dos meses, después la puesta en marcha del tratamiento con el primer pacientes ha tardado en el Miguel Servet unos tres meses, lo que se debe a que la legislación, según Font, es "muy exhaustiva".

"Hay que cumplir protocolos internacionales, diariamente hay que dedicarle una hora al control de calidad, después hay pruebas semanales, mensuales y trimestrales, en estas últimas tenemos que hacer una revisión general que para la máquina durante varios días".

La anchura de las paredes del bunquer son de unos tres metros y medio de ancho, y mucho más denso que los muros habituales. Los aceleradores suelen vivir entre 12 y 15 años, "tenemos unos aceleradores de último nivel", ha subrayado.

En Aragón existen seis aceleradores lineales de electrones, tres en el Hospital Clínico de Zaragoza, dos en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza y otro en el Hospital Quirón Zaragoza.

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