Los alrededores de la Biblioteca Nacional, en pleno centro de Santiago, donde el ministro de Educación, Martín Zilic, se reunía con los dirigentes de la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios (ACES), se llenó de gases lacrimógenos lanzados por la policía, que trataba de dispersar las manifestaciones.

Unos 600.000 alumnos de secundaria -pertenecientes a liceos municipales y particulares subvencionados- respondieron al paro convocado por la ACES, que tuvo el respaldo de los estudiantes universitarios, profesores, trabajadores de la educación y asociaciones de padres y apoderados.

Demandas inmediatas

La agenda de Zilic, que se reunió con los dirigentes por una orden directa de la presidenta, Michelle Bachelet, incluía las demandas más inmediatas de los estudiantes:

- Gratuidad de las Pruebas de Selección Universitaria (PSU), con un costo de 19.600 pesos (37,69 dólares).

- Pase escolar, que es un tipo de documento de identidad para varios usos, cuesta 2.600 pesos (5 dólares).

- Transporte escolar en la locomoción colectiva urbana, 120 pesos (0,23 dólares).

Incidentes callejeros

El Gobierno, según los dirigentes estudiantiles, ha ofrecido acceder a la demanda de forma parcial, al otorgar la gratuidad de los tres puntos a los estudiantes provenientes del 60 % más pobre de la población, con ingresos inferiores a 109 mil pesos (209,61 dólares) per cápita al mes.

Los otros puntos de las demandas, que son la reforma de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) y de la jornada escolar completa, requerirá de una negociación más larga y completa, pues es materia legislativa, según coincidieron los estudiantes y representantes del Gobierno.

Los incidentes callejeros se incrementaron a partir de las 18:00 GMT y las versiones de la prensa local y de testigos coincidieron en que, en varios casos, los provocó la policía, que procedió a dispersar por la fuerza marchas pacíficas que realizaban grupos de estudiantes.

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