TSJA confirma la pena de 17 años al hombre que asesinó a su expareja con una escopeta de caza

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la pena de 17 años de prisión impuesta a Cándido M.L., el hombre de 62 años que, en 2009, abordó a su excompañera sentimental camino de su trabajo, la persiguió a tiros por la calle para, posteriormente, dispararle a bocajarro cuando ella se refugió malherida en el taller de costura en el que estaba empleada.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha confirmado la pena de 17 años de prisión impuesta a Cándido M.L., el hombre de 62 años que, en 2009, abordó a su excompañera sentimental camino de su trabajo, la persiguió a tiros por la calle para, posteriormente, dispararle a bocajarro cuando ella se refugió malherida en el taller de costura en el que estaba empleada.

La Sala de lo Civil y lo Penal desestima el recurso de apelación de la defensa y ratifica la condena y el veredicto de culpabilidad emitido por unanimidad por un jurado popular, que consideró que el procesado actuó con "clara intención" de matar a Isabel S.S., de 45 años, y que eliminó cualquier posibilidad de "defensa o escapatoria" de la víctima con un crimen que fue "preparado" y que se aseguró de consumar "con un certero disparo mortal".

La sentencia, según ha informado el TSJA, rechaza por "vacío probatorio" que Cándido M.L. estuviese afectado por un trastorno mental transitorio cuando cometió el asesinato "más allá de la perturbación de ánimo típica en la que se halla un sujeto capaz de causar de manera voluntaria la muerte a otra persona" y subraya que se trataría de "sentimientos o emociones determinantes de la reacción que todo el sujeto tiene el deber de controlar y evitar".

Considera, en esta línea, que tal y como determinó el jurado popular, actuó con alevosía en contra de lo que sostiene la defensa. Así, señala que el procesado esperó a su expareja en lugar por el que habría de pasar al ser su "itinerario habitual" y que la abordó sin que mediase palabra, "de manera súbita", para efectuar un primer disparo y, a continuación otro, "persiguiéndola y alcanzándola hasta efectuar un tercer y definitivo disparo".

El Alto Tribunal remarca que Cándido M.L. "eligió un modo de matar" a Isabel S.S. "que le aseguraba un resultado sin riesgo" para él y que lo hizo de una "manera consciente, fría, calculadora y voluntaria", lo que —reitera la sala— "no permite dudar que queda excluido el trastorno mental transitorio o el bloqueo mental".

La sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial rebajó en doce meses la pena solicitada por el fiscal y en dos años la interesada por la abogada de acusación particular que ejercía la hija de la víctima, Isabel S.S., quien en el momento del crimen tenía 19. El fallo fijó, asimismo, una indemnización de 200.000 euros.

El veredicto dado a conocer en audiencia pública el 27 de julio determinó por unanimidad que Cándido M.L. actuó con la "clara intención de matar" a su excompañera y eliminó para ello cualquier posibilidad de "defensa o escapatoria". Concluyó que preparó el crimen y que insistió en su objetivo hasta dar a la víctima "el certero disparo mortal".

Recargó la escopeta

Los miembros del jurado, que desestimaron también por unanimidad que pueda beneficiarse de reducción de condena o de indulto, rechazaron, tal y como sostenía la defensa, que estuviese bajo un trastorno mental transitorio cuando cometió el asesinato al tiempo que señalaron como acreditado que no pudo tener un "bloqueo mental total" ya que manifestó "voluntad para disparar y perseguir" a Isabel S.S. e "incluso para recargar" la escopeta de caza.

El veredicto recogió, asimismo, como probado que el procesado, quien mantuvo una relación de dos años de convivencia con la víctima que se había roto unos meses antes, premeditó el crimen ya que tenía la escopeta "preparada en el coche con suficiente munición", se desplazó a una calle "por la que sabía que solía pasar de manera habitual" e "insistió en su ánimo de matar hasta darle el certero tiro mortal".

Cándido M.L. esperó en septiembre de 2009 con el arma "cargada" a Isabel S.S. y cuando la vio, salió del vehículo y le disparó a una distancia de un metro y medio. La bala impactó en el tercio superior del brazo izquierdo y le causó una herida de "riesgo vital". Cuando ella comenzó a recorrer los alrededor de 80 metros que le separaban de su lugar de trabajo fue perseguida por el procesado, quien cayó al suelo y disparó una segunda vez sin llegar a alcanzarle tras lo que recargó la escopeta con nuevos cartuchos.

Una vez ella entró en el taller de costura, donde intentó refugiarse entre las máquinas de coser y aprovechando su estado, le apuntó al pecho a menos de un metro y le disparó una tercera vez, lo que le ocasionó la muerte por shock hipovolémico.

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