El CSIC restaura los balcones originales del Pabellón de Perú de la Exposición Iberoamericana de 1929

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido las obras de reparación y restauración de los cuatro balcones de madera del Pabellón de Perú de la Exposición Iberoamericana de 1929, hoy sede de la Casa de la Ciencia en Sevilla, un centro de divulgación científica y medioambiental del CSIC y la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla.
Balcones Del Pabellón De Perú De La Exposición Iberoamericana De 1929
Balcones Del Pabellón De Perú De La Exposición Iberoamericana De 1929
EUROPA PRESS/CSIC
Balcones Del Pabellón De Perú De La Exposición Iberoamericana De 1929

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido las obras de reparación y restauración de los cuatro balcones de madera del Pabellón de Perú de la Exposición Iberoamericana de 1929, hoy sede de la Casa de la Ciencia en Sevilla, un centro de divulgación científica y medioambiental del CSIC y la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla.

Este "emblemático" edificio constituye parte del legado de "uno de los más importantes eventos culturales ocurridos en Sevilla durante el pasado siglo XX, la Exposición Iberoamericana de 1929", según ha recordado el CSIC a Europa Press. Los costos de la obra, cerca de 60.000 mil euros, han sido asumidos en su totalidad por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Según ha explicado, los balcones sufrían desde hace algunos años varios daños que requerían de una acción "inmediata". Así, el equipo de técnicos que los evaluó y ha restaurado señala en su informe que los desperfectos "afectaban de modo importante la resistencia mecánica y la estética de las balconadas".

Además, en el examen macroscópico de las muestras recogidas se pudo apreciar que la madera presentaba "ataques de carcoma pequeña, avispas de la madera, hongos de pudrición parda y termitas".

También han constatado los técnicos que en todos los balcones faltaban piezas, muchas de las cuales se habían desprendido y caído al suelo por el mal estado; desajustes; varios repintes de esmalte sintético que dificultaban la transpiración de la madera; y deficiente protección química, entre otros problemas.

Después de tres meses de trabajo se ha logrado "una reparación total" de todos los desperfectos que presentaban los balcones, y se les ha aplicado un tratamiento químico para evitar futuros ataques de organismos. Las piezas faltantes fueron repuestas utilizando técnicas actuales de carpintería y ebanistería que permitieron utilizar como modelo las piezas que aún se conservaban.

Influencia del barroco limeño

Las cuatro grandes balconadas del Pabellón, que es también sede del Consulado General de Perú en Sevilla, representan uno de los elementos más representativos del edificio; y además dan cuenta de la influencia del barroco limeño en su proyección.

En este sentido, conviene recordar que el arquitecto que diseñó el Pabellón de Perú fue Manuel Piqueras Cotolí (1885-1937); natural de Lucena, (Córdoba). Éste desarrolló la mayoría de su obra en Perú. De hecho, Piqueras Cotolí es considerado "unos de los creadores del estilo arquitectónico neoperuano, corriente que buscaba la integración de la herencia cultural indígena peruana con las influencias coloniales españolas".

De las 127 edificaciones que se construyeron a propósito de la Exposición Iberoamericana, varios expertos coinciden en que el Pabellón de Perú, por "su solidez, monumentalidad y carácter palaciego, fue una de las obras más representativas del conjunto ferial".

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