La mayoría de regidores del Ajuntament de Barcelona viven en los distritos tradicionalmente más acomodados, son propietarios de una vivienda, tienen una mutua privada y llevan a sus hijos a la escuela privada o concertada.

Así lo refleja una encuesta realizada entre los 41 ediles del consistorio por la Federació d’Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB). Los datos "demuestran la distancia entre los políticos y la mayoría de ciudadanos", explicó a 20 minutos el presidente de la entidad, Jordi Bonet.

Un 75% de los concejales (31) vive en Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts, Gràcia y el Eixample, y otros dos regidores están afincados en Sant Cugat del Vallès. Ninguno reside en Sants-Montjuïc; en Ciutat Vella, Horta-Guinardó y en Nou Barris hay uno, y en Sant Martí y Sant Andreu, dos. "Son libres de decidir dónde vivir, de llevar a sus hijos a la privada y de tener una mutua, pero al no contar con experiencia no son conscientes de las implicaciones de sus decisiones", agrega Bonet, quien cree que la cuestión no es tanto el lugar de residencia, sino "por qué no llega a la política la gente de determinados distritos".

"Es poco edificante pues deberían defender la sanidad y la educación públicas", añade el vicepresidente del Centre d’Anàlisi i Programes Sanitaris (CAPS), Josep Martí, en referencia al 58% de los ediles (23) con mutua y al 78% que llevan a sus hijos a la privada o la concertada (22 de los 28 que son padres).

"En cuanto a la movilidad, un 67% afirma tener coche; un 17%, moto, y el mismo porcentaje, bicicleta, aunque no especifican la periodicidad con la que la usan. "El propio regidor de Mobilitat suele ir en moto y el conseller de Territori solía ir en transporte público, a diferencia de su antecesor", señala Ricard Riol, presidente de la asociación para la Promoció del Transport Públic (PTP). En su opinión, es más una cuestión personal que de partido, pero, en cualquier caso, "las excesivas facilidades de aparcamiento distorsionan el diagnóstico".

"Hemos ganado en paridad de género, pero no de lugar de origen o clase social", concluye Bonet, para quien la pluralidad de los barceloneses no se refleja en el seno del Ajuntament.