Tal y como ha manifestado a Europa Press el profesor de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Jaén e integrante del colectivo, Santiago Jaén, estos lugares se definen como "aquellos enclaves vinculados a hechos o acontecimientos singulares ocurridos durante la Guerra Civil y la dictadura", según el decreto 264/2011, de 2 de agosto, que los regula. Además, dichos espacios deben ser preservados y señalizados.

Al hilo, Jaén ha destacado que la propuesta de su colectivo se basa en poner a la entrada de los mencionados pueblos un cartel adonde se recuerde que estas dos localidades fueron campos de concentración. En concreto, se cercaron y se "clasificaron" en ellas a los presos republicanos, que permanecían en las mismas "el tiempo justo para que llegasen los informes del alcalde del municipio al que pertenecía el preso, del jefe de falange del puesto local, del puesto de la Guardia Civil correspondiente y del cura párroco".

De esta manera, tanto en el campo de concentración de Higuera de Calatrava, que contó con algo más de 10.000 presos, como en el de Santiago, por el que pasaron unas 4.800 personas, se decidía si enviar a los reclusos a la cárcel, a un campo de fusilamiento, o a su casa, como fue el caso del pintor Zabaleta. Según Jaén, el artista, cuya familia era de derechas, tuvo que "esforzarse" por que no le quitaran tierras que poseía en Quesada estando en una provincia eminentemente republicana, si bien las únicas localidades en las que sí triunfó el golpe de Estado del general Francisco Franco fue en Alcalá la Real, Porcuna y Lopera.

Así, Zabaleta estuvo en Santiago aproximadamente durante una quincena de su vida, tras la contienda nacional, y se vio obligado a dibujar cuadros que hacían alusión a los trabajadores republicanos e, incluso, afiliarse al bando de éstos. No obstante, en la provincia hubo otros puntos que también actuaron como campos de concentración, como en Cazorla, Jódar, Quesada, Hinojares o Santo Tomé, pero que nunca llegaron a alcanzar cifras de personas tan elevadas.

Por su parte, la presidenta del colectivo, Matilde Peinado, ha señalado a Europa Press la necesidad de que se incorporen dichos campos de concentración al Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía, dado que la propia gente de los municipios donde existieron "no lo sabe". Así, el nuevo colectivo ha elaborado un informe, que ya ha sido entregado a la Junta, adonde se recogen los campos, así como otros lugares de interés para la Memoria como son el Colegio Martínez Montañés de Alcalá la Real o la Iglesia de Santa María de Linares.

Por último, Peinado ha hecho hincapié en que, aunque algunas personas que forman el Colectivo para el Estudio de la Historia Social de Jaén pertenecen también a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, la nueva formación pretende ampliar el marco cronológico y espacial del estudio de la provincia jiennense estudiando cualquier aspecto relacionado con las disciplinas de historia, sociología o antropología. Además, el colectivo está abierto a sugerencias y a nuevas incorporaciones en la red social 'Facebook'.