Un pontevedrés de Salceda de Caselas se enfrenta a una condena de casi 11 años de prisión por los delitos de agresión sexual, allanamiento de morada, detención ilegal, maltrato y amenazas a su expareja tras reconocer que intentó violarla el día que fue condenado por maltrato.

En concreto, los hechos ocurrieron el 13 de octubre de 2010, el mismo día en el que el acusado tenía conocimiento de una sentencia firme que le condenaba como autor de un delito de maltrato a su expareja a dos años de prohibición de aproximación a la víctima.

Sin embargo, "con conocimiento de esta prohibición y de las consecuencias de su incumplimiento", el hombre acudió al domicilio de su excompañera sentimental, donde entró a través de un ventanuco situado en el techo del baño. Una vez dentro, cogió un cuchillo y esperó la llegada de la mujer.

El acusado Blas B.A., de 44 años, se ha reconocido culpable de los cargos, lo que ha posibilitado una reducción en los 20 años de prisión que inicialmente pedía el Ministerio Público, quien en cambio mantiene que, una vez que salga de la cárcel, debe cumplir la condena de 30 años de alejamiento de la mujer.

El fiscal, Luis Maria Uriarte, considera que en estos casos es fundamental la prohibición, prolongada en el tiempo, de que el agresor sexual se acerque a la víctima. "Es lo primero que nos planteamos, el alejamiento del agresor de su víctima", ha señalado.

"Se mantienen las multas, la responsabilidad civil y por parte del acusado reconoce la autoría de os hechos, asume su responsabilidad y de esta forma, como prevé la ley, evitamos el juicio, yo creo que es lo mejor solución sobretodo en estos caso de violencia de género, donde evitamos a la mujer pasar el trago de tener que sostener ella el testimonio que va a ser la base de la acusación", ha afirmado el fiscal.

Acusado de violación

Paralelamente, en una vista celebrada este martes en la sala segunda, un marinense de 30 años de edad ha negado haber violado a una joven de 27.

En concreto, ambos han admitido que en la ocasión que se juzga hubo sexo, aunque el acusado ha defendido fue plenamente consentido de principio a fin "sin que ella se quejara de nada", mientras que la joven ha asegurado que empezó siendo consentido pero dejó de serlo cuando él le comunicó que se estaba pensando volver con su ex-novia.

La joven, que declaró detrás de un biombo, ha dicho que llegó a darle miedo porque él contestó a su negativa con un "sopapo" y se puso muy violento, llegando a forzarla.

En este caso el Fiscal pide una condena de siete años de prisión y ocho de alejamiento, mientras que la abogada defensora pide la libre absolución argumentando que por parte de la joven "no hubo una resistencia clara e inequívoca", es decir, que la joven no supo transmitir al acusado su negativa "con suficiente nitidez".