El último caso, conocido el viernes: el testimonio de una psicóloga que había hablado con una niña en el colegio condenó a sus padres a sentarse ante un tribunal, acusados de abusos sexuales.

En 2004, la Audiencia de Alicante penó al padre con cuatro años de cárcel y a la madre a dos, porque «le decía a su hija que se callase (los presuntos abusos) o de lo contrario vendría el mumo».

Dos años más tarde, el Tribunal Supremo les ha absuelto, porque la supuesta víctima, de seis años, no ha declarado, y por tanto no hay prueba que los inculpe. Pero sus fotos y la sentencia de su culpabilidad se hicieron públicas. Además les quitaron la custodia de la pequeña.

Un caso muy distinto es el de un hombre que pudo quedarse entera una casa que había comprado a medias: el otro no pagó su parte durante tres años. En un juicio posterior le quitaron la razón y le obligaron a devolverle al deudor la mitad de la casa. El motivo: la sentencia no vale porque el que no pagaba se marchó del país sin avisar y no estuvo en el juicio.

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¿Abusaba de su hijastra?

Luis Eduardo mantuvo relaciones sexuales con la hija de su compañera sentimental de 14 años en el domicilio que compartían los tres en Calpe en 2002. La relación duró cuatro meses, durante los cuales le prometió a la menor que iba a abandonar a su madre. Así lo asegura el fiscal que cree, además, que Luis Eduardo ha cometido un delito continuado de abusos sexuales y pide para él una condena de ocho años de prisión. El juicio se celebra la semana que viene en la Audiencia Provincial de Alicante.