Cumbre del clima de Durban: las claves de un acuerdo "decepcionante"

  • Greenpeace opina que el inconveniente principal de estas cumbres del clima no son las reuniones en sí, sino "los intereses ocultos que hay detrás".
  • Según los ecologistas, "el acuerdo de Durban pudo haber sido más ambicioso".
  • "A la UE le ha faltado valor para poner sobre la mesa acuerdos más comprometedores", denuncia la organización ecologista.
  • Durban logró un acuerdo para crear un segundo periodo del protocolo de Kioto, así como un nuevo pacto global sobre el recorte de emisiones de CO2.
Una integrante de la ONG Oxfam en una protesta contra el uso de energía basada en combustibles fósiles en la playa de Durban (Sudáfrica).
Una integrante de la ONG Oxfam en una protesta contra el uso de energía basada en combustibles fósiles en la playa de Durban (Sudáfrica).
Mike Hutchings / REUTERS
Una integrante de la ONG Oxfam en una protesta contra el uso de energía basada en combustibles fósiles en la playa de Durban (Sudáfrica).

Se hicieron de rogar, pero finalmente los países presentes en la cumbre de la ONU sobre el Cambio Climático en Durban (Sudáfrica) alcanzaron en la madrugada del domingo un acuerdo in extremis al estilo que la Unión Europea y los países más vulnerables pedían. Sin embargo, este no deja de ser un compromiso agridulce: aunque se prorroga el protocolo de Kioto, los plazos para cumplir sus objetivos son tan amplios que se corre el riesgo de que el calentamiento de la Tierra aumente en más de 2ºC, temperatura que una vez rebasada podría tener consecuencias catastróficas para la humanidad, según los científicos.

Para las organizaciones ecologistas, la cumbre no ha dejado de ser un "fracaso". Así lo ha calificado Greenpeace, quien opina que los países participantes deberían "sentirse avergonzados" por haber elegido "escuchar a los contaminadores por encima de la gente". Otros, como Friends of the Earth International lo califican de "decepcionante".

Acuerdos de Durban

Estas son las tres decisiones más importantes a las que han llegado la mayoría de los países presentes en la COP17 en Durban:

  • Extensión del protocolo de Kioto: el único instrumento internacional legalmente vinculante para reducir las emisiones de CO2 ha logrado ampliarse a un segundo periodo de compromisos. El primero caduca el 31 de diciembre de 2012, y gracias a esta prórroga el 1 de enero de 2013 se iniciará el segundo periodo. Se evita así el vacío legal internacional tan temido por las ONG. Lo que todavía está en el aire es cuándo finalizará ese segundo plazo de Kioto, si en 2017 o en 2020.
  • Nueva hoja de ruta para un acuerdo global: la propuesta partió de la UE e implica a todos los grandes emisores (tanto países desarrollados como emergentes). Por primera vez, se trata de un pacto contra el cambio climático en el que estarían EE UU y China (responsables del 40% de las emisiones mundiales de gases contaminantes). Sin embargo, la hoja de ruta no se firmará hasta 2015 y entrará en vigor en 2020. "En el texto final tampoco se recoge claramente el marco legal de este acuerdo", matiza desde Durban la responsable de cambio climático de Greenpeace Aida Vila a 20minutos.es. Además, el hecho de que esta hoja de ruta entre en vigor en 2020 "significa que perdemos toda esta década para aumentar los compromisos de reducción de emisiones".
  • Fondo Verde para el Clima: es una bolsa de 100.000 millones de dólares anuales que a partir de 2020 aportarán los países ricos para ayudar a los países en desarrollo a financiar acciones para atajar el impacto del cambio climático. En Durban se han aprobado los mecanismos de funcionamiento del fondo y su capitalización. Su comité ejecutivo estará formado por 24 miembros, repartidos a partes iguales entre países desarrollados y Estados en desarrollo. El capital del Fondo vendrá de aportaciones directas de los presupuestos de los Estados desarrollados y otras "fuentes alternativas de financiación" (que no han precisado), además de inversiones del sector privado.

Los que dicen 'no' a renovar Kioto

Canadá, Japón y Rusia, que ya anunciaron su intención de no renovar Kioto, se caen del segundo periodo de compromisos. Además, Canadá, que forma parte del vigente protocolo de Kioto, está dudando si marcharse o no de este primer compromiso antes de que finalice 2011, para así evitar ser sancionado por la comunidad internacional. "Hay una cláusula en el protocolo que dice que un país lo puede abandonar hasta un año antes de que concluya y sin que le sancionen por el incumplimiento", aclara Aida Vila desde Greenpeace.

En el caso de Canadá, la negativa a cumplir las reducciones de emisiones por parte del Gobierno del conservador Harper (en el poder desde 2006) se debe principalmente a la presión recibida por parte de algunas compañías y asociaciones (entre ellas Shell Canada y la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo, según Greenpeace) para que no se intervenga en el desarrollo de los gigantescos yacimientos de petróleo situados en la provincia de Alberta.

El juego de EE UU y China

Ambas potencias han dado finalmente su brazo a torcer en el acuerdo de crear una nueva hoja de ruta, no sin antes haber paralizado las negociaciones en Durban, hasta el punto de tener que prorrogar la cumbre, que se ha convertido en la más larga de la historia.

EE UU exigía que hubiera paridad entre todos los países firmantes de este nuevo acuerdo sobre la reducción de emisiones, lo que incluiría una equiparación entre EE UU y China. El gigante asiático, por su parte, pedía que en esta hoja de ruta fueran los países ricos, quienes asumieran pactos vinculantes.

Con todo, el hecho de haber cedido no implica un compromiso inmediato, ya que este plan entra en vigor en 2020.

¿Qué dejan para después?

El aumento de los objetivos para reducir emisiones que deben realizar los países desarrollados se pospone hasta el 21 de junio de 2012, y serán evaluados en la COP18 de Catar (que se celebrará a finales de 2012). También dejan para esta cumbre la captación del dinero necesario que nutra el Fondo Verde para el Clima.

¿Sirven de algo las cumbres?

Para Greenpeace, este tipo de foros son necesarios ya que a diferencia de otros están representados los países más vulnerables. Sin embargo, opinan que "servirían más si los países negociaran en función del objetivo que se persigue (que el aumento de la temperatura del planeta quede por debajo de los 2ºC) y si tuvieran el valor de defenderlo en el plenario final", recalca la activista de Greenpeace, Aida Vila.

Según Vila, en el plenario final de Durban "se pudo haber firmado un acuerdo mucho más ambicioso que el que finalmente se cerró". Durante la cumbre, "EE UU ha intentado poner freno a muchas cuestiones, mientras que la UE ha negociado bastante bien, buscando complicidades con los países más vulnerables", indica Vila. Sin embargo, añade la ecologista que "en el momento final, a la UE le ha faltado valor" para poner sobre la mesa un plan más ambicioso. "Una de las garantías de este foro es que los plenarios son públicos, son una de las armas que los países tenían que haber utilizado más", añade.

En definitiva, Greenpeace opina que el inconveniente principal de estas cumbres del clima no son las reuniones en sí, sino "los intereses ocultos que hay detrás".

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