Las Tablas de Daimiel, un espacio natural mágico en invierno

  • Es Parque Nacional desde 1973 y Reserva de la Biosfera desde 1981.
  • En invierno, brumas y nieblas lo hacen un lugar embrujado y misterioso.
  • Entre las aves más abundantes están el somormujo lavanco, el zampullín, la focha común, además de las diferentes especies de garza.
Tras una década de sequía, este espacio natural vuelve a respirar.
Tras una década de sequía, este espacio natural vuelve a respirar.
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Tras una década de sequía, este espacio natural vuelve a respirar.

Sorprende encontrar en plena provincia de Ciudad Real uno de los ecosistemas acuáticos más importantes de la Península Ibérica. Las Tablas de Daimiel lo son por la variedad y calidad de su fauna y flora.

Este humedal fue declarado Parque Nacional en el año 1973, Reserva de la Biosfera en el 1981 e incluido dentro del Convenio Ramsar en el año 1982. Con su declaración como Parque Nacional se dio un gran paso en su conservación. Se aseguró así la supervivencia de la avifauna que utiliza estas zonas como área de invernada.

Tablas fluviales

Las Tablas de Daimiel, en los términos de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, son el último representante de un ecosistema denominado tablas fluviales, formación que se produce por el desbordamiento de los ríos Guadiana y Gigüela, favorecido por la escasez de pendiente en el terreno. Después de algo más de un década de sequía, miles de aves vuelven a encontrar en este espacio natural un lugar inmejorable de estancia.

En invierno, las brumas y nieblas matinales envuelven cada rincón del Parque Nacional, que se presenta como un lugar embrujado. Caminar sobre pasarelas que recorren las tablas fluviales o adentrarse en grandes islas desde las que disfrutar de paisajes enigmáticos son algunas de las posibilidades que tienen los visitantes.

Muchos de los visitantes, a pesar de las densas nieblas, dedican su paso por Las Tablas de Daimiel a adentrarse en el conocimiento de las aves ya que la abundancia de especies y su proximidad a los recorridos que se hacen a pie propicia una observación muy cercana.

Un sinfín de aves

El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel representa a los ecosistemas ligados a las zonas húmedas continentales, donde están presentes una gran variedad de aves acuáticas.

Entre las más abundantes se encuentran el somormujo lavanco, el zampullín común, la focha común o el zampullín cuellinegro, además de las grandes ardeidas como la garza real, la garza imperial o la garceta grande.

Junto a ellas, se pueden encontrar todo tipo de anátidas ibéricas, que se pueden observar dependiendo de la época en la que se visite el parque.

Entre la flora, las plantas acuáticas son el substrato básico de Las Tablas de Daimiel, y los únicos árboles presentes son los tarayes, unas formaciones arbóreas singulares, que en este parque nacional alcanzan grandes dimensiones, lo que los convierte en singulares.

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