El exdictador Manuel Noriega llega a Panamá para cumplir sesenta años de cárcel

Noriega, de halcón de la CIA y el narcotráfico a reo común en Panamá
El exdictador de Panamá, Manuel Antonio Noriega, en un acto en 1998.
El exdictador de Panamá, Manuel Antonio Noriega, en un acto en 1998.
Alberto Lowe / REUTERS
El exdictador de Panamá, Manuel Antonio Noriega, en un acto en 1998.

Manuel Antonio Noriega, el hombre de la CIA en Panamá y hábil socio de los narcotraficantes colombianos en los años 80, regresó este domingo a su país como un reo común al que, 22 años después de su captura por el Ejército estadounidense, le esperan penas de más de 60 años de cárcel.

Llegó extraditado desde Francia, con una escala en Madrid, en un vuelo de Iberia que aterrizó en el aeropuerto de Tocumen, unos 27 kilómetros al este de la capital, hacia las 18.07 hora local (23.07 GMT).

Con 77 años, el hombre de origen muy humilde que llegó a ser el último dictador militar que ha tenido Panamá en su historia, cierra con su regreso un ciclo para hacer frente a la Justicia de su país y pagar cuentas.

El recibimiento de Noriega fue totalmente diferente a las acostumbradas fanfarrias que se escenificaban cada vez que llegaba de viaje o cuando celebraba su cumpleaños o una efeméride militar.  Fue esperado por las autoridades de los ministerios Público y de Gobierno y por un extraordinario cordón de seguridad.

El exdictador, al salir del avión fue llevado a la cárcel, donde poco antes, las autoridades panameñas habían introducido de una manera similar en el recinto carcelario a otra persona, cubierta totalmente, a manera de señuelo, que engañó a los periodistas, camarógrafos y fotógrafos nacionales y extranjeros que desde las 14.00 hora local (19.00 GMT) esperaban al exgeneral.

La ministra de Gobierno, Roxana Méndez, achacó a las medidas de seguridad esa maniobra, que molestó a muchos medios de prensa.

Mientras Noriega llegaba al centro penal, situado en una zona selvática unos 40 kilómetros al norte de la capital, un grupo de familiares de víctimas de sus crímenes se manifestó pacíficamente con pancartas, pese a que las autoridades habían prohibido acercarse al perímetro.

Según explicó el sabado el ministro de Exteriores de Panamá, Roberto Henríquez, Noriega no tendrá a su disposición una celda de lujo, sino que será alojado en una celda pequeña de cinco por cuatro metros con un solo baño, aunque sí estará aislado del resto de presos.

Las condenas de exmilitar

El exmilitar regresó a Panamá desde Francia tras cumplir 20 años de cárcel por narcotráfico en Estados Unidos, a cuyo Ejército se entregó el 3 de enero de 1990 sin disparar un tiro cuando invadieron su país el 20 de diciembre de 1989, y casi tres años en París, por blanqueo de capitales.

'El criollo del terraplén', como lo llaman algunos por el arrabal donde nació en la capital panameña, el MAN (por sus iniciales) o el 'Tigre', como lo conocían sus compañeros de armas más cercanos en los tiempos en que su voluntad era ley en el país, tiene que cumplir condenas por asesinato, desaparición de personas y hasta por deforestación, acumuladas en juicios en ausencia.

Estos crímenes incluyen el homicidio del doctor Hugo Spadafora, cuya cabeza nunca ha sido encontrada, y del mayor Moisés Giroldi, su compadre que intentó derrocarlo, que suman ambas 40 años de prisión, así como por la desaparición de otras dos personas y acusaciones de violación a los derechos humanos.

El exmilitar que llegó a general sin haber combatido, se educó en el Instituto Nacional, el colegio estatal más antiguo del país, y sus biógrafos indican que era afín con ideales de la izquierda tradicional cuando joven. Después, ingresó en la Escuela Militar de Chorrillos, en el Perú, donde se graduó como alférez de ingeniería y entró a los 22 años en la entonces Guardia Nacional.

Declive y narcotráfico

Su declive se produjo a raíz de las acusaciones contra él que protagonizó un compañero de armas, el coronel Roberto Díaz Herrera, al imputarle en 1987 relaciones con el narcotráfico y otros crímenes, lo que abrió una crisis.

Tras la invasión militar estadounidense de diciembre de 1989, que lo derrocó, Noriega fue expulsado de la milicia por el presidente Guillermo Endara (1989-1994), el primer presidente en democracia desde el golpe militar que protagonizó Omar Torrijos en 1968.

Y regresa a un Panamá muy diferente al país arruinado por los efectos de la crisis que protagonizó, a uno lleno de rascacielos en la bahía de la capital, moderno y pujante.

Panamá vive ahora un auge económico impresionante, con un crecimiento cercano al 10% y pleno empleo, mayor coste de la vida, grado de inversión, un formidable centro financiero internacional y el Canal interoceánico que ya es panameño y está siendo ampliado.

Cuando se lo llevaron esposado y vestido con un mono de mecánico de aviones dejó tras de sí un país hundido económicamente, con casi 15% de pérdida del Producto Interior Bruto, sin crédito internacional, ocupado militarmente y desmanteladas las Fuerzas de Defensa, reemplazadas por una policía civil.

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