Si comparamos con las cifras de hace seis años, la evolución es mucho más llamativa. En 2000 había sólo 844 inmobiliarias, 423 menos que ahora, y 3.640 constructoras, un 28% menos que hoy en día, según figura en el Directorio de Empresas del Instituto de Estadística (Dirce).

La razón de este incremento hay que buscarla en la liberalización del sector de la intermediación del año 2000, acompañada del boom en la construcción.

«El Gobierno pensó en aquel momento que abriendo el campo fomentaría la competencia y bajarían los precios, y se equivocó por completo. Los perjudicados han sido los consumidores», opina el presidente de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Valladolid, José Manuel Hernández.

El 70%, sin formación

«El 70% de los que se dedican a esto no tiene ni idea y sólo piensa en enriquecerse lo más rápido posible», añade el presidente de los API. Y pone un ejemplo: ha habido casos en los que cobraron hasta un 22% por la intermediación, cuando el colegio recomienda que no supere el 5% de la operación.

La mitad no tiene empleados

Un dato llamativo es que más de la mitad de las inmobiliarias, que se dedican a comprar y vender pisos, no tiene ningún empleado contratado y sólo trabaja en ellas el titular de la sociedad; en concreto 685 de las 1.267 empresas que hay. Algo similar ocurre entre las constructoras y en este caso más curioso porque se dedican a levantar los pisos. De las 4.679 que hay dadas de alta, 2.066 carecen de trabajadores y otras 1.229 tienen sólo uno o dos.