El delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías, ha aprovechado el acto de celebración del XXXIII aniversario de la Constitución, llevado a cabo en el Palacio de la Almudaina, para despedirse, tras ocho años en el cargo, de la sociedad balear y de los representantes de los ámbitos político, económico, eclesiástico y judicial congregados, así como "pedir perdón" por si en alguna ocasión sus palabras y opiniones "han podido molestar u ofender a alguien".

Durante el discurso que ha pronunciado con la presencia de las máximas autoridades de las islas, como el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, el del Parlament, Pere Rotger, y la del Consell de Mallorca, Maria Salom, Socías ha agradecido la "paciencia" y el apoyo que le han brindado al tiempo que ha agradecido "muy sentidamente la ayuda de todos los profesionales que me han prestado durante estos ocho años".

En su intervención, el representante del Gobierno central en las islas ha hecho referencia asimismo a la actual crisis económica, apelando a la necesidad de que ésta "no sirva de excusa" para recortar derechos y servicios sociales. "No hay que echar atrás siglos de lucha por una crisis que ni los poderes públicos ni los ciudadanos han provocado", ha aseverado.

En este contexto, ha remarcado que tras 33 años de la Constitución, los valores "positivos" y el "espíritu que representa", como la soberanía nacional, el reconocimiento de la igualdad de identidad, las libertades y el progreso social y económico "no se pueden ver oscurecidos por la crisis, una de las más grandes que hemos sufrido y de la que debemos salir de la mano de Europa y en aras a lograr la cohesión de la eurozona".

"Tampoco la crisis debe ser excusa para que unos países decidan sobre otros", ha remachado Socías, para quien debe buscarse una solución "integradora" puesto que de lo contrario "muchos quedarán por el camino". Asimismo, ha advertido de que "con una sociedad a dos velocidades no saldremos de la crisis".

En relación a estos 33 años, ha manifestado que "la grandeza de la democracia" radica en que los ciudadanos "decidan quién les debe gobernar", por lo que ha considerado que "sería peligroso entrar en una espiral donde sean los mercados quienes controlen, lo que explica el peligro que atraviesan algunos países".

Socías ha finalizado su discurso despidiéndose de los allí presentes tras ocho años en el cargo. "En Mallorca se dice que nunca mueren los alcaldes, espero que tampoco los delegados del Gobierno", ha ironizado, tras lo cual ha confiado en que "esto no sea un adiós sino un hasta pronto".