Los test psicotécnicos son una prueba cada vez más frecuente tanto en oposiciones como en los procesos de selección laboral, y a la vez una de las más temidas por los aspirantes, ya que mediante ellos, las empresas obtienen un perfil psicológico del candidato.

Según el documento titulado Decálogo para superar los psicotécnicos, elaborado por el Centro de Estudios Financieros (CEF), por lo general los candidatos al puesto de trabajo se sienten intimidados por este tipo de pruebas, debido a que no saben muy bien a qué van a enfrentarse.

Muchos buenos perfiles quedan descartados en las fases iniciales del proceso por no superar los temidos psicotécnicos, a menudo porque incurren en errores que serían fácilmente evitables con un poco de preparación y siguiendo una serie sencillas de pautas.

El estudio recomienda recordar a los candidatos que este tipo de pruebas también son una competición. Para aprobar una oposición o superar un proceso de selección no basta con hacer bien el examen, además se debe obtener mejor puntuación que el resto de aspirantes. No se darse por satisfecho e intentar conseguir el máximo resultado suponen una actitud clave para el éxito.

Muchas personas se sienten perplejas y desconcertadas la primera vez que se enfrentan a un test psicotécnico, y eso merma su rendimiento. Eliminar el factor sorpresa resulta clave. Practicar los test con la ayuda de los diversos libros y ejercicios que existen en el mercado puede servirnos de ayuda. Se recomienda adquirir la rutina de realizar varios todos los días, de todos los tipos y repetir aquellos en que los que obtiene peores resultados. Con la práctica, los resultados pueden mejorar en torno a un 30%.

La autoconfianza se relaciona con la autoeficacia. No debemos acudir a la prueba con una actitud negativa, ni darnos por vencidos antes de comenzar. Controlar los nervios y convencerse de que podemos superar el test generan una actitud mucho más tendente al éxito y la consecución de objetivos.

Acudir a la realización de la prueba con tiempo suficiente, descansado y relajado es algo que tampoco debe pasarse por alto según el documento. No cometer el día anterior excesos porque si acude a la prueba agotado física y/o mentalmente el rendimiento será menor. Se recomienda dormir lo suficiente la noche anterior, ingerir comidas de fácil digestión, pasear un rato antes del examen y evitar estimulantes como café, alcohol o medicamentos.

Los nervios pueden provocar que nos dispersemos. Por eso se recomienda escuchar y leer con la mayor atención las instrucciones que preceden a cada test y asegrarse de que se han entendido correctamente. Antes de comenzar a responder debemos tener claro qué se ha de hacer. Seguir las instrucciones al pie de la letra, en especial, si tiene que responder sobre una hoja de lectura óptica: si no se hace en el lugar y forma adecuados, las respuestas quedarán anuladas automáticamente.

Antes de comenzar, echar un vistazo general a toda la prueba no está de más. Así nos formaremos una idea aproximada de su extensión, contenido, dificultades, etc. Esto ayuda a distribuir correctamente el tiempo y a acomodar la velocidad de respuesta en función del mismo.

Los test de aptitudes e inteligencia general tienen un tiempo limitado de realización. Se aconseja comenzar a trabajar cuando den la señal y no perder el tiempo. Debemos trabajar deprisa, pero también con seguridad. No conviene desaniimarse si al cumplirse el tiempo concedido no se ha respondido a todas las preguntas. Los tests están calculados para que sólo un 3% de los candidatos pueda responder a todas las cuestiones.

No conviene dedicar mucho tiempo a ninguna pregunta, ya que todas las respuestas tienen el mismo valor. Demorarse en exceso en una pregunta, quiere decir que dejaremos otras sin responder, y por intentar conseguir un solo punto se puede perder varios. Si al final del ejercicio sobra tiempo, podemos intentar de nuevo resolver las cuestiones que había quedado sin responder.

Es importante recordar que los errores, habitualmente, restan aciertos, por lo que se debe procuar no equivocarse en las respuestas, ya que cada acierto suma un punto, y cada error resta 0,33 puntos. Por lo tanto, es preferible dejar una pregunta sin responder que responderla al azar.

En los cuestionarios de personalidad es importante ser sincero y no dar una imagen falsa. Éstos suelen llevar incorporada una escala de sinceridad y es lo primero que el examinador leerá. Si no se llega a cierto nivel, no seguirán leyendo el resto de respuestas, ya que considerarán que no ha sido sincero y que por tanto sus resultados no son válidos.