La plaza de Santa Catalina es, desde hace tres meses, el nuevo punto negro de la movida nocturna. Vecinos y comerciantes están que trinan y aseguran que los jóvenes se concentran de jueves a sábado en los soportales y bancos de la plaza. «Mean, vomitan y dejan todo muy sucio. A mí ya me han roto el cristal del escaparate dos veces y me han tirado todas las telas a la calle», afirma Ana, una comerciante de la zona. Además de beber, en el botellón de Santa Catalina también hay música. «Traen tambores y todo», añade un hostelero.

Además, cuentan que los jóvenes impiden el paso de muchos vecinos a sus propias viviendas. «Hay una señora mayor que tiene que ir por el garaje para entrar en su casa. Viene la Policía, pero si no los pillan haciendo algo, no les pueden decir nada», aseguran.

El mapa...

... se amplía: La ruta del botellón está muy definida en la ciudad y los puntos de reunión tienen nombre, día y hora. El plan es siempre el mismo: de jueves a viernes y a partir de las 22.00 horas. Los lugares: las plazas del Humor, San Pablo, Azcárraga, Recife, Vigo, jardines de Méndez Núñez, la playa... Pero ahora también hay fiestas en Santa Catalina, calle Costa Rica y Durán Loriga.

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... otras zonas de ‘botellón’

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Una fiesta ejemplar, y en vídeo

En la ciudad hay cerca de 70.000 vecinos afectados por las molestias de estas fiestas, aunque ellos no culpan a todos los jóvenes. «Los destrozos son cosa de una parte minoritaria», dice José Antonio Folgueira, presidente de la federación vecinal. En el Ensanche han ideado otra forma de combatir el botellón. «Queremos grabar una fiesta ejemplar y controlada, con unas 150 personas, para demostrar que se puede hacer con cabeza, pero el plan está parado por ahora», dicen.