El colectivo de presos de ETA, el EPPK, se mueve. Si el 13 de noviembre anunció que los reclusos de la banda comenzarían de forma inmediata a reclamar la aplicación de los beneficios penitenciarios a los que podrían tener derecho (algo que antes no hacían por orden expresa de la cúpula de ETA), ahora preparan dos actos simbólicos con peticiones de calado.

El primero coincidirá, previsiblemente, con el Día Internacional de los Derechos Humanos, que se celebra el 10 de diciembre. Los 552 presos encarcelados en España tienen la consigna de apoyar la puesta en libertad de sus compañeros gravemente enfermos, según han informado a 20minutos fuentes de Interior.

Actualmente hay una decena de reos recluidos con enfermedades graves. De momento, algunos de ellos ya han comenzado a solicitar de manera individualizada (la ley no permite hacerlo de manera colectiva) beneficios penitenciarios. El artículo 196 del Reglamento Penitenciario prevé la libertad condicional para "enfermos terminales", por lo que la Audiencia Nacional tendrá la obligación de estudiar cualquier petición que hagan sus abogados en este sentido. El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ya trasladó esta misma petición al presidente Zapatero en octubre.

El segundo acto que preparan los reclusos de la banda es aún más simbólico. Y se prevé que se lleve a cabo el 7 de enero, coincidiendo con la manifestación convocada ese mismo día en Bilbao en defensa de los derechos de los internos. Los presos pedirán esa jornada, también por escrito, el fin de la dispersión y que se les acerque a cárceles del País Vasco. El lehendakari Patxi López ya propuso en la Cámara vasca que se materialice ese acercamiento si ETA finalmente anuncia su disolución definitiva.

El EPPK ha pedido a la izquierda abertzale que los reclusos desvinculados de ETA que cumplen condena en la cárcel alavesa de Nanclares de la Oca "no tengan ningún tipo de protección política". Estos presos expulsados de ETA, poco más de una veintena, han renunciando a la violencia, han reconocido el daño causado y han pedido perdón a las víctimas. El EPPK ya vetó la presencia del grupo de disidentes en el acto de adhesión al Acuerdo de Guernika que defiende solo vías políticas.