Benedicto XVI, recibido con aplusos en el país de su predecesor

El Sumo Pontifice comenzó el jueves entre aplausos su viaje de cuatro días a Polonia, donde visitará los lugares en los que pasó su juventud Juan Pablo II y el antiguo campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.Benedicto XVI fue acogido con cordialidad y cariño por decenas de miles de polacos, pero con algo menos del entusiasmo del que desplegaron para recibir al fallecido Juan Pablo II las nueve veces que regresó a su país.
Benedicto XVI a su llegada a Varsovia, en Polonia. (EFE)
Benedicto XVI a su llegada a Varsovia, en Polonia. (EFE)
Tomasz Gzell/EFE
Benedicto XVI a su llegada a Varsovia, en Polonia. (EFE)

Ya antes de partir aseguró que esperaba que su viaje a Polonia ayude a la tierra de su predecesor a experimentar una "primavera" de fe y progreso social.

Benedicto XVI quiso dar hoy continuidad a su mensaje y afirmó que lo ocurrido en los campos de exterminio de Auschwitz fue una "cosa tremenda" y que espera que no vuelva a suceder nada parecido en el futuro.

Lo que ocurrió en Auschwitz-Birkenau fue una cosa tremenda

Joseph Ratzinger hizo esa afirmación en unas declaraciones a los periodistas que viajaban con él en el avión que lo trasladó desde Roma hasta Varsovia, donde el jueves emprendió un viaje oficial de cuatro días.

Saludos y bienvenidas

El Papa Benedicto XVII, junto al presidente polaco, Lech Kaczynski, y su mujer. (EFE) 

"Os saludo, soldados", fueron las primeras palabras que pronunció en polaco Joseph Ratzinger, tras descender del avión que lo trasladó al aeropuerto de Okezie, en la capital polaca.

Y los soldados de la compañía de honor del Ejército Polaco respondieron a coro y con gran brío al ilustre huésped con la frase: "Le saludamos, Su Santidad".

Dieron la bienvenida a Benedicto XVI el presidente de Polonia, Lech Kaczynski y su esposa Maria, así como el primado de la Iglesia católica polaca, cardenal Jozef Glemp, y el cardenal metropolitano de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, que durante años fue secretario personal de Juan Pablo II.

"Los polacos y los alemanes somos vecinos geográficos, pero en el pasado nos vimos muchas veces distanciados" dijo, dijo en su discurso de bienvenida Kaczynski, quien expresó su esperanza de que el distanciamiento "no vuelva a ocurrir"

He venido para seguir las huellas de mi gran predecesor

"He venido para seguir las huellas de mi gran predecesor, el Papa Juan Pablo II", respondió en un polaco muy correcto Benedicto XVI suscitando con ello un gran entusiasmo en los miles de personas que acudieron al aeropuerto para recibir al Papa.

La gira

El viernes tendrá lugar una una misa que se espera multitudinaria en la plaza Pilsudski y a media tarde saldrá hacia el santuario de Czestochowa, donde venerará a la Virgen negra de Jasna Gora, y desde donde se trasladará a Cracovia

La breve visita al famoso campo de concentración de Cracovia tendrá un profundo significado para el Papa, que formó parte durante un breve período las Juventudes Hitlerianas durante la guerra cuando la participación en la organización paramilitar nazi era obligatoria.

Tras los pasos de Wojtyla

El 27 viajará a Wadowice, el pueblo donde nació Wojtyla, en el que visitará la casa natal y el santuario de Kalwaria Zebrzydowska, muy querido por Juan Pablo II ya que allí fue confiado a la Virgen por su padre.

De vuelta a Cracovia, visitará el santuario de la Divina Misericordia y la catedral de Wawel y se reunirá con los jóvenes.

El domingo oficiará una misa que se espera multitudinaria y, antes de volver a Roma, Benedicto XVI también visitará el campo de concentración nazi de Auschwitz para subrayar su compromiso de continuar con los trabajos de Juan Pablo II de mejorar las relaciones con los judíos y combatir el antisemitismo.

Una nación cada vez más laica

Uno de los principales propósitos del viaje es instar a los polacos a defender su herencia cristiana mientras se integran en una Europa cada vez más laica.

Según datos facilitados por la Iglesia católica polaca, son el 95,8 por ciento de la población (36,6 millones de los 38,2 millones de habitantes).

De esos católicos, el 45% participa en la misa dominical, aunque algunos sacerdotes consideran esa cifra demasiado optimista, ya que aseguran que no son más del 11%.

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