El Gobierno del Principado de Asturias ha conmemorado este lunes el segundo centenario de la muerte de Gaspar de Jovellanos (Gijón, 1744-Navia, 1811) con una ofrenda floral en el monumento a Jovellanos, en la calle del mismo nombre, en Oviedo, y con la inauguración de una exposición sobre el ilustrado y su entorno en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

La ofrenda floral ha corrido a cargo del jefe del Ejecutivo asturiano, Francisco Álvarez-Cascos, que ha estado acompañado por el consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure; el rector de la Universidad de Oviedo, Vicente Gotor; y la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón. Al acto, que se ha celebrado con la ausencia del alcalde de la ciudad, han asistido el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, y el consejero de Presidencia, Florentino Piñón, entre otras autoridades.

Tras la ofrenda, el presidente ha destacado la "valentía" del prócer para "proponer reformas profundas ante la crisis de un régimen, que le valieron la incomprensión, la persecución y el castigo de los inmovilistas y los revolucionarios" y le ha agradecido sus desvelos para "sentar las bases de la nueva Asturias y de la España moderna".

Por su parte, el responsable de cultura ha recordado que el monumento -el primero público dedicado a un particular en España- fue erigido en 1798 por mandato de la Junta General del Principado como memoria viva del compromiso de Jovellanos con su tierra y ha anunciado que sus coronas, dañadas por el paso del tiempo, serán restauradas próximamente. '

Jovellanos y su entorno'

Además, coincidiendo con el bicentenario del fallecimiento, el Museo de Bellas Artes expone la muestra 'Jovellanos y su entorno', en la que se recoge una selección de 42 obras relacionadas con el político y su entorno, atesoradas por el Museo durante sus tres décadas de existencia. La muestra, que incluye materiales inéditos, se estructura en siete secciones que registran otros tantos apartados de la vida y obra del ilustre asturiano.

Entre otros cuadros insignes, destaca el retrato de Jovellanos pintado por Francisco Goya entre los años 1780 y 1782 que, según Cultura, el Museo conservó gracias a las gestiones realizadas en el año 2000 por el entonces vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez-Cascos.