Los psiquiatras aseguran que el caso de la madre que ahogó a sus hijos fue un "homicidio altruista"

La mujer acusada de ahogar a sus dos hijos en la bañera era una "muy buena madre" y no los mató a sangre fría o por capricho, sino para compartir su ansia de morir con sus seres queridos.Su caso es, según han declarado los expertos, lo que llaman un "suicidio ampliado" u "homicidio altruista".
Maria Rosa M.A. durante la segunda jornada del juicio que se celebra en Barcelona. (Albert Olivé/Efe)
Maria Rosa M.A. durante la segunda jornada del juicio que se celebra en Barcelona. (Albert Olivé/Efe)
Albert Olivé/Efe
Maria Rosa M.A. durante la segunda jornada del juicio que se celebra en Barcelona. (Albert Olivé/Efe)

El miércoles concluyó  en la Audiencia de Barcelona el juicio contra María Rosa M.A., para quien el fiscal mantiene su petición de 36 años de prisión por dos delitos de asesinato.

Sin embargo, el letrado ha acabado reconociéndole una atenuante de confesión, dado que la procesada llamó a la policía para explicar que había cometido el crimen.

Por su parte, la defensa de la presunta infanticida, que inicialmente pedía una condena de 5 años de cárcel, ha rebajado su petición de pena a un año y tres meses de prisión con varios atenuantes a la luz de los informes forenses y de la hipótesis del "homicidio altruista" que han planteado los peritos.

Personalidad ciclotímica

La acusada padece una personalidad cíclica que la hace oscilar entre periodos depresivos y de euforia
En una prueba que se ha prolongado durante más de tres horas, los psiquiatras y médicos forenses han concluido que, pese a que la acusada no llega a padecer un trastorno bipolar ni maníaco-depresivo, sí presenta una personalidad "ciclotímica" que la hace oscilar entre períodos depresivos y de euforia.

Según la forenses, la víspera o el mismo día de los hechos la acusada debió sufrir un estado de euforia, que después dio paso a una "descompensación depresiva" en el que su conciencia entró en un "estado crepuscular" que le afectaba gravemente su capacidad de juicio y la hacía inmune a los estímulos externos.

La hipótesis de los peritos es que, momentos antes del doble crimen, la mujer se vio invadida por un sentimiento de fatalidad, por un sufrimiento inasumible en el que la "inmolación" de sus seres queridos pudo ser entendida como "un mal menor", ha afirmado uno de los forenses.

Es lo que los expertos llaman el "suicidio ampliado "u "homicidio altruista", en el que el sujeto, con una percepción distorsionada de la realidad, hace que sus seres queridos compartan sus ansias de morir.

"Muy buena madre"

Los forenses han coincidido en calificar a la procesada como una "muy buena madre", una mujer perfeccionista y con un alto sentido de la responsabilidad que pudo sentirse agobiada por el nacimiento de su segundo hijo, que le impedía cuidarlos a los dos con la misma dedicación.

Pese a las dificultades de establecer una diagnóstico a largo plazo, uno de las peritos ha apuntado que la mujer no supone un peligro para nadie, a no ser que volviera a tener a alguna persona a su cargo.

La mujer confesó el día anterior su doble infanticidio ante el tribunal.

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