El detenido, Marc L.C., que trabaja como funcionario en el ayuntamiento de Cornellá, había impedido durante cinco años que los servicios sociales del ayuntamiento de Barcelona atendieran a su madre, que al parecer era alcohólica.
El drama de esta familia se descubrió el pasado día 16, cuando los Mossos d'Esquadra recibieron una llamada del 061 porque había una mujer muerta en un piso de la calle Ramalleres, en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona.
Al llegar la patrulla encontraron a María del Carmen L.C., de 55 años, muerta sin signos de violencia exterior, pero en un estado lamentable de higiene, con la bolsa que hacía las veces de pañal llena de orines y defecaciones de hacía varios días, y una extrema delgadez.
Además, la mujer, que medía 150 centímetros de altura pesaba sólo 33 kilos, tenía llagas en el sacro y las piernas por no haberse movido del sofá donde apareció muerta, que era el lugar donde dormía en el recibidor de la vivienda.
Aunque no se apreciaron signos de violencia, el infrahumano estado de la víctima y de la vivienda -"deplorable", según hicieron constar los investigadores- aconsejó que la policía científica de los Mossos elaborara un informe de las condiciones de vida de la familia.En su informe, los agentes hicieron constar que pese al estado insalubre de la vivienda y las malas condiciones higiénicas de las dos mujeres,
Rechazó la ayuda social
La investigación policial posterior averiguó que los servicios sociales del ayuntamiento de Barcelona tenían abierto un expediente desde hacía cinco años para intentar ayudar a esta familia y atender a la abuela y a la víctima.
Ésta había sido expulsada en varias ocasiones de la casa tras peleas con su hijo motivadas, al parecer, por su adicción al alcohol.
Según los asistentes sociales del consistorio, Marc L.C. siempre se había negado a recibir ayuda y a que su abuela y su madre fueran atendidas, alimentadas ni que acudiera una empleada de la limpieza al piso, por el que pagaban sólo 90 euros al mes de alquiler.
La determinación de detener al hijo se adoptó cuando el informe forense certificó que la muerte de la mujer se produjo por "caquecsia por malnutrición" y que además sufría atrofia muscular y úlceras.
Está acusado de acusado de un delito de homicidio imprudente, otro de omisión del deber de socorro y un tercero de abandono por no cumplir sus deberes familiares.
La abuela, Carmen C.P., que también sufría malnutrición, deshidratación y suciedad, fue ingresada en el Hospital del Mar y esta semana, una vez recuperada, ha sido trasladada a un geriátrico público.
El juez, tras tomar declaración al detenido, le dejó en libertad con cargos, aunque determinó que el dinero que ingresaba la familia, más de 1.750 euros al mes, no se corresponde con el estado en que estaban la vivienda y las dos mujeres.
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