El Gobierno de Cantabria recibirá este lunes, día 28, la donación de un sacro de mamut que Antonio Laredo Lavín aporta para su exposición en el museo de Prehistoria y Arqueología.

La Consejería de Educación, Cultura y Deporte, agradece el gesto "generoso" de este hombre y subraya su intención de continuar con la recuperación de materiales arqueológicos en posesión de particulares, conforme a la normativa vigente, y seguir con los procesos de selección de objetos arqueológicos que pasarán a formar parte de la nueva exposición permanente.

Se trata de la parte extrema de la columna vertebral de un mamut, procedente de un antiguo hallazgo que se produjo en 1949. Ocurrió en una mina conocida como La Barrera, en Sarón, de donde se extraían arcillas negras para los procesos de producción de una tejera.

A una profundidad superior a 20 metros aparecieron huesos de gran tamaño -fémures y vértebras- algunos de los cuales fueron donados entonces al Museo de Prehistoria por Atanasio Laredo Lavín, quedando en su posesión el sacro de mamut.

Tras su fallecimiento y por mediación de su hermano, este sacro fue cedido para su exposición en el centro de salud de Sarón, donde ha permanecido hasta fechas recientes.

A instancias del Museo, en virtud de lo establecido en la ley de Patrimonio Cultural de Cantabria, y de la mediación de la doctora de dicho Centro de Salud, Mercedes Martínez, el sacro ha sido depositado en dicha institución por Antonio Lavín Laredo y será próximamente presentado en la nueva exposición permanente del museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria en el mercado del Este.

Ante la relevancia del depósito y las circunstancias de su procedencia, se decidió por parte de la consejería de Educación, Cultura y Deporte, realizar una réplica que será expuesta, como hasta ahora el original, en el Centro de Salud de Sarón.

El procedimiento de la réplica, "muy complejo" por el carácter orgánico y irregularidad del volumen de los huesos, ha sido realizado en el laboratorio de restauración del museo por la técnico en restauración, Eva Pereda Rosales.

Durante la extracción de moldes, se han apreciado, en un primer análisis de los arqueólogos, posibles marcas de descarnado o eviscerado en forma de incisiones sobre el hueso, lo que indicaría que el mamut habría sido aprovechado como alimento por los hombres del Paleolítico.

Se mantendría en ese sentido, la duda acerca de si la pieza se habría cobrado en una batida de caza o se trataba de carroñeo.