El portavoz de Economía del PP en el Parlamento regional, Luis Carlos Albalá, destacó este viernes que la "principal diferencia" entre el Presupuesto de Cantabria para 2012 y los ocho presupuestos elaborados por socialistas y regionalistas es que estas cuentas están hechas con realismo, austeridad, eficiencia y responsabilidad".

En respuesta a las declaraciones realizadas en rueda de prensa por el portavoz parlamentario del PRC, Rafael de la Sierra, el diputado del PP rechazó la existencia de "cualquier punto en común" entre las cuentas elaboradas por el Gobierno de Ignacio Diego y las elaboradas por el bipartito PSOE-PRC, y aseguró que el "único truco" en la elaboración del documento presupuestario ha sido "reducir las partidas en las que el anterior Gobierno derrochaba el dinero de todos los cántabros, como las empresas públicas o los gastos superfluos, para evitar recortes en el Estado del Bienestar".

Albalá lamentó la "tozudez" de los regionalistas cántabros "negando reiteradamente la realidad plasmada en el documento presupuestario" que, dijo, "no es otra que la protección del gasto en Educación, Sanidad y políticas sociales" por parte del Ejecutivo presidido por Ignacio Diego.

Albalá aconsejó al portavoz de los regionalistas en el Parlamento que repase "con tranquilidad" los Presupuestos de Cantabria para 2012 para comprobar que "no solo no se recorta, sino que incluso se incrementan, las partidas destinadas a políticas sociales, a empleo o a vivienda".

El portavoz de Economía del PP subrayó el "esfuerzo" realizado por el Gobierno de Cantabria para elaborar un Presupuesto para la Comunidad Autónoma partiendo de la "complicada situación" que dejó el Ejecutivo presidido por el Miguel Ángel Revilla.

Albalá opinó que ante la realidad de las cuentas regionales, al PRC "no le queda otra salida" que aferrarse a la máxima de que "una mentira, mil veces repetida, se convierte en verdad" y que sólo desde esa actitud pueden entenderse las críticas "infundadas" a un documento que, además de "proteger y desarrollar el Estado de Bienestar" y aplicar criterios de "buen gobierno" en los gastos corrientes, "impulsa los planes de empleo, las inversiones y el apoyo a las PYMES y sienta las bases de un nuevo modelo productivo".

Y todo ello, "ajustándose a previsiones económicas realistas e implantando el verdadero control del déficit para el próximo ejercicio", concluyó Albalá.