El presunto miembro del comando Amaiur de ETA Juan Carlos Rekarte Gutiérrez, acusado de ser uno de los autores del atentado contra la sede una compañía de seguros en 1987 en Pamplona en el que murió una mujer de 63 años, ha asegurado este miércoles que no cometió el crimen y que si huyó a México fue porque "tenía miedo" al saber que la Policía le buscaba.

Rekarte, que ha negado pertenecer a ETA, se trasladó a México en 1990 tras un enfrentamiento en Pamplona entre los miembros del comando Amaiur y agentes de la Policía Nacional, pero no fue detenido hasta el 29 de noviembre del año pasado en el país americano, cuyas autoridades lo entregaron un día después a España. En el juicio celebrado en la Audiencia Nacional, que ha quedado visto para sentencia, la fiscal Ana Noé ha mantenido su petición de pena para Rekarte de 43 años de cárcel por un delito de asesinato, uno de pertenencia a banda armada y uno de estragos.

Sin embargo, el acusado ha negado haber tenido algún contacto con la banda terrorista o haber pertenecido al comando Amaiur, y ha concretado que tampoco sabe manejar ni armas, ni explosivos. En la vista también ha declarado Bautista Barandalla, condenado por este atentado en 1991 a 40 años de cárcel, quien ha dicho que solo conoce a Rekarte "de vista" y que éste nunca ha pertenecido ni a ETA, ni al comando Amaiur.

Barandalla ha explicado que en su segunda declaración ante el juez, tras ser detenido, dijo que Rekarte había perpetrado el atentado con él porque los agentes de la policía le obligaron y le amenazaron con maltratarle si no le implicaba. "Tuve miedo de acabar como mi compañero que había muerto ese día a manos de la Policía", ha contando.

Juan Carlos Pérez, que fue absuelto por estos hechos, también ha asegurado que solo conoce al procesado de verlo por el centro de Pamplona y que desconoce si pertenecía o no a la banda terrorista. Sin embargo, el Ministerio Público ha mantenido que el acusado, alias Basati, formaba parte del comando Amaiur junto con Bautista Barandalla, con el que colocó un explosivo el 16 de octubre de 1987 en el edificio de la aseguradora La Unión y el Fénix, ubicado en el número 5 de la calle Cortés de Navarra, tras haber recibido "la consigna de la cúpula de la organización" de atentar contra intereses franceses en España.

Por ello, prepararon el artefacto y Barandalla lo trasladó al lugar de los hechos con una furgoneta y lo colocó, junto con Rekarte, tras los barrotes de una ventana de los bajos del edificio con un temporizador y una lata de gasolina. Tras esperar en las cercanías, al no explotar la bomba, se marcharon después de haber avisado sobre las 03.24 horas del 17 de octubre a la asociación "Ayuda en Carretera" de Navarra, pero la Policía no pudo hallar el artefacto.

La explosión se produjo, finalmente, a las 07.10 horas y causó la muerte "instantánea" de María Cruz Yoldi Orrandre, madre de siete hijos y que en ese momento repartía periódicos con un carrito. Tanto la Fiscalía como la acusación han considerado que los hechos han quedado probados y han solicitado una sentencia condenatoria para Rekarte, mientras que su letrada ha pedido su libre absolución y ha concretado que ya ha prescrito el delito de pertenencia a banda armada.