Un libro muestra objetos raros en el interior de las personas

  • El libro incluye más de 100 fotografías que ilustran 'descuidos' al tragar.
  • El objeto más reiteradamente ingerido por adultos es el anillo de bodas.
  • Muñecos, tijeras o cintas de casete son otros de los objetos encontrados.
Imagen de una radiografía que muestra unas tijeras en el interior de una persona.
Imagen de una radiografía que muestra unas tijeras en el interior de una persona.
Jennifer Hale
Imagen de una radiografía que muestra unas tijeras en el interior de una persona.

Podían haberlo titulado Cosas que nunca deberíamos tragarnos, pero sus tres autores y psiquiatras forenses, Marty A. Sindhian, Rico E. Dreben y Murdoc Knight, optaron titularlo algo así como ¡Atascados! 100 objetos insertados e ingeridos en lugares que no deberían (Stuck Up!: 100 Objects Inserted and Ingested in Places They Shouldn't be, en la versión original).

Objetos cotidianos como una barbie, unas tijeras, zapatos de bebé, cintas de casete o el anillo de bodas, uno de los objetos más reiteradamente ingeridos por las personas según las radiografías, aparecen en el interior de mucha gente según ha recopilado el original libro.

El libro incluye más de 100 radiografías, recogidas con el sentido del humor como hilo argumental, en las que se pueden ver todos los objetos que han terminado en el estómago de diferentes personas.

Según explica  Sindhian a The Huffington Post la idea surgió hace años cuando vio una cinta de casete en el interior de un paciente. Según el autor, el libro muestra además de manera inusual el paso del tiempo y sus avances tecnológicas, dado que en las últimas radiografías en lugar de un casete ya se encuentran iPods.

Más de uno se habrá llevado el típico susto viendo a su hijo o hermano llevándose a la boca el objeto menos comestible como si tal cosa. "Los más pequeños son más propensos a tragar objetos, o a meterse palos en la nariz o en los oídos", asegura Sindhian. "Se lo llevan todo a la boca, las monedas son el elemento más común tragado por los niños"

¿Pero cómo justificar haber introducido en nuestro interior determinados objetos en el caso de los adultos? La visita al hospital cuando el objeto en cuestión entra por otro orificio que no es el oral no parece tan sencillo de explicar.

"A veces los pacientes nos dicen que estaban haciendo algún tipo de tarea doméstica desnudos cuando se han caído o lo que sea y han aterrizado en el objeto". "Otras veces sí, cuentan que es el resultado de una actividad sexual", detalla el médico.

Sindhian explica que el alcohol también es una excusa muy común, pero que las generaciones más jóvenes son cada vez más directas y sinceras.

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