El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) ha desestimado el recurso presentado por una mujer que reclamaba 600.000 euros al Servicio Cántabro de Salud (SCS) al entender que una "falta de diligencia" le provocó un retraso en el diagnóstico de un cáncer de mama y con ello, la "pérdida de oportunidad terapéutica".

El TSJC desestima la reclamación al haber acreditado la Administración que tras la mamografía que se realizó el 28 de septiembre de 2006, se citó de nuevo a la recurrente para el 3 de noviembre pues "los hallazgos observados muestran la necesidad de realizar pruebas complementarias", pero el día antes la mujer anuló la cita a través de una llamada telefónica de la que quedó constancia en la historia informática, anulación que "confirma la efectiva recepción de la citación".

Sin embargo, la mujer sostiene que "no se contactó con ella" y que el 16 de febrero de 2008, "al no recibir noticias y al notarse un bulto" acudió a la Residencia Cantabria, donde se le recomendó acudir al médico de cabecera, que a su vez le remitió a hacer una mamografía, pero "al observar dejadez en el servicio público" acudió ese mismo día a un centro de diagnóstico privado, por lo que rechazó la cita del SCS para el 21 de febrero.

La demandante siguió con asistencia privada en un hospital de Alicante, donde fue intervenida el 28 de febrero de 2008, completando posteriormente el tratamiento en el Servicio de Oncología del Hospital Valdecilla.

Administración y compañía de seguros sostienen al respecto que "obedeció a una decisión" de la recurrente el hecho de acudir a un centro privado cuando estaba siendo tratada por el servicio público.

La mujer recurrió ante el TSJC el silencio administrativo del Gobierno a su reclamación, en la que además de los 600.000 euros citados, reclamaba el coste de todos los tratamientos médicos que necesite de por vida argumentando que la "falta de diligencia" hizo que su pronóstico de vida se redujera del 98-100% al 81%, además de quedarle dolor e impotencia funcional del brazo izquierdo y síndrome ansioso depresivo.

Sin embargo el tribunal entiende que de no haber recibido el resultado de la mamografía en un plazo prudencial, la recurrente, "como cualquier otro ciudadano medio", hubiera preguntado sobre el mismo y añade que no resulta creíble el alegato de la afectada respecto a que se le indicó que se desentendiera de ello, ya que "choca con la más elemental lógica" y además "es un hecho notorio que los servicios cántabros no actúan de esa forma".