Fiscal pide multa para los tres acusados en relación con la muerte de un hombre en Casarabonela

Las acusaciones particulares mantienen la solicitud de cuatro años de cárcel

La Fiscalía ha modificado sus conclusiones en el caso de la muerte de un hombre en Casarabonela (Málaga) en julio de 2005 y ha acusado a los tres procesados, dos de ellos porteros en la Caseta de la Juventud, de una falta de lesiones, retirando la acusación por el delito de homicidio imprudente, por lo que pide una pena de multa en lugar de los dos años de prisión iniciales.

En el trámite final del juicio, celebrado en el Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga y que ha quedado visto para sentencia, la fiscal ha explicado que en un incidente con los acusados, el hombre resultó herido leve y tras pasar entre uno y cinco minutos se desvaneció y murió, precisando que existen contradicciones entre los testigos sobre si la víctima recibió o no una patada y golpes.

Sobre las periciales, hasta tres informes diferentes, el ministerio público dice que precisamente por esas contradicciones no puede ser tenido en cuenta el estudio del profesor Frontela, encargado por una de las partes y que concluye que la muerte se debió a una contusión, en contra de lo que dicen los forenses, que hablan de una enfermedad cardiaca y de consumo de alcohol en el hombre.

Así, la acusación pública entiende probado que el fallecido padecía esa enfermedad y considera que tras la vista oral ha quedado acreditado que la causalidad entre el fallecimiento y el incidente mantenido entre la víctima y los acusados se ha roto, por lo que estima que se trata de una falta de lesiones, que no se puede conectar a un delito de homicidio imprudente como al inicio.

Las dos acusaciones, una personada en representación de la madre y de los hermanos del fallecido y la otra, de la viuda de la víctima, han mantenido sus acusaciones y sus conclusiones, en las que solicitan para los tres procesados una pena de cuatro años de cárcel, al considerar que existen pruebas "más que suficientes" para condenarlos.

En el juicio, los procesados negaron que le empujaran contra una cancela y que le pegaran una patada. De hecho, dos de ellos dijeron que no tuvieron ni contacto físico con el hombre; mientras que el tercero explicó que fue éste, que iba bebido, el que le arrolló y ambos cayeron al suelo. Los tres coincidieron en que hubo un altercado la segunda vez que la víctima intentó entrar con un vaso.

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