Según el chófer, el autobús no estaba sobrecargado y se encontraba en un perfecto estado, ya que fue revisado hace apenas un mes, cuando cambiaron los neumáticos y los amortiguadores, y pasó por el control técnico una semana antes. Siete personas murieron y otras 26 resultaron heridas en un accidente el pasado domingo en la A-1, a la altura de Pedrezuela, en el que volcó un autobús belga.

Dieciocho de los heridos permanecen ingresados en diferentes hospitales de la capital, y once de ellos se encuentran en estado grave o muy grave.

El autobús, de la agencia belga Sundus Travel y que llevaba 31 viajeros y dos conductores, se salió de la vía, y chocó contra un árbol antes de volcar sobre uno de sus laterales, lo que produjo que el techo quedara arrancado.

El autocar había salido la noche del pasado sábado de Tánger (Marruecos), pasó la mañana del domingo por Algeciras y se dirigía a Bruselas.

La DGT apunta a un "fallo humano"

Por su parte, las primeras conclusiones del equipo de la Guardia Civil de Tráfico (DGT) determinan que el siniestro se produjo como consecuencia de "una distracción del conductor", pero no han especificado si este despiste se debió a la somnolencia del chófer, o por apartar la vista de la calzada.

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