Juzgan a un funcionario acusado de causar la pérdida de un testículo a un preso con el que practicó boxeo

La sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia juzga desde este jueves a un hombre, funcionario de prisiones, acusado de causar la pérdida de un testículo a un preso al que le dio un rodillazo mientras practicaban boxeo. El acusado ha insistido en que no golpeó al interno, mientras que éste ha mantenido que le dio y ha indicado que el funcionario le pidió que no se lo dijera a nadie.
Ciudad De La Justicia De Valencia
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EUROPA PRESS
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La sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia juzga desde este jueves a un hombre, funcionario de prisiones, acusado de causar la pérdida de un testículo a un preso al que le dio un rodillazo mientras practicaban boxeo. El acusado ha insistido en que no golpeó al interno, mientras que éste ha mantenido que le dio y ha indicado que el funcionario le pidió que no se lo dijera a nadie.

El ministerio fiscal pide en su escrito de calificación provisional una pena de dos años y medio de prisión para el acusado por un delito de lesiones por imprudencia grave, y que pague una indemnización de 31.050 euros a la víctima por los días que tardó en curar y las secuelas.

El incidente tuvo lugar el 5 de septiembre de 2006 en el módulo 25 del centro penitenciario de Picassent. Según ha explicado el acusado, ese día entró al gimnasio "para hacer la ronda y controlar a los internos" y vio a dos presos que estaban practicando boxeo.

Allí, los internos —según su versión— le propusieron hacer un simulacro de boxeo, y aceptó. Tal y como ha comentado ante el tribunal, él suele practicar deporte con los internos, porque aunque no es su función, "forma parte de nuestro trabajo para tener buena relación con los presos y saber qué es lo que hay", ha dicho.

Antes de empezar, el acusado y la víctima pactaron que se trataba de un "paripé", y que tenían que practicarlo sin tocarse. "Y así fue", ha dicho el acusado, quien ha puntualizado que "él no me tocó a mí, y yo tampoco le toqué a él. Yo no le di ningún golpe en los testículos".

Al finalizar, ha indicado que el preso se quejó de un testículo, con lo que le facilitó asistencia médica. El médico le oscultó y le dijo que no tenía nada. De hecho, ha comentado que le dio un paracetamol —según el acusado, lo que hizo fue ponerle una inyección—. A los dos días, volvió al médico porque le persistía el dolor, y luego le operaron y le quitaron un testículo. El acusado ha indicado que en ese tiempo desde que boxeó con él hasta que regresó al médico, alguien le pudo golpear "o cualquier cosa".

Frente a esta versión, la víctima —que se encuentra en prisión por razones no concretadas— ha relatado que fue el funcionario el que le propuso a él y a su compañero hacer "un combatito" pero "marcando". Ha señalado que aceptó porque "es mejor llevarse bien con ellos".

También ha dicho que tenía que esquivar los movimientos del funcionario y marcar la distancia. Luego el funcionario "fue irritándose" y le cogió y le dio un rodillazo en los testículos. "Estaba muy eufórico", ha comentado. Tras ello, cayó al suelo, luego se levantó y como no podía estar de pie, pidió que le acompañasen a la enfermería.

El encargado de acompañarle fue el propio acusado, quien en el trayecto —según ha señalado— le dijo que se sentía mal por lo ocurrido y le pidió que no dijera a nadie que había sido él quien le había golpeado. De hecho, le sugirió que comentase que había sido un compañero. Y ante el temor de represalias, así lo hizo. Con el tiempo, y tras explicar lo sucedido a su madre, decidió interponerle una denuncia, y cuando el acusado tuvo constancia de la misma, ha indicado que le hizo un gesto en el cuello simulando que iba a morir.

"intencionado o no"

Por su parte, el preso que en ese momento estaba presente y que había estado boxeando con la víctima, ha corroborado esta última versión, y ha indicado que el funcionario fue el que les propuso practicar boxeo, y el que le dio un rodillazo a su compañero. "Le metió la rodilla, no sé si fue intencionado o no, y el chaval se quejó de los testículos", ha narrado.

La madre de la víctima también ha coincidido con estas declaraciones y ha apuntado que cuando ya puso la denuncia, y el funcionario amenazó a su hijo, se puso en contacto con alguien del despacho del director de la cárcel para advertir de la situación, y desde allí le comentaron que habían traslado a su hijo al módulo de los ya juzgados, con lo que no iba a coincidir con el acusado. Su hijo, como consecuencia, "sufre depresión y también se quería suicidar", ha asegurado.

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