Una nueva oleada de violencia se cobra la vida de al menos 60 personas en la región sudanesa de Darfur

Una nueva oleada de violencia étnica acabó con la vida de al menos 60 personas en la región sudanesa de Darfur en diferentes sucesos independientes en los últimos días, según comunicaron hoy la Unión Africana y Naciones Unidas.

Las matanzas se han producido antes de la esperada visita del enviado de Naciones Unidas Lakhdar Brahimi al país, que se producirá mañana.

Antes enviado a Afganistán y a Irak, Brahimi se trasladará a Sudán para insistir al Gobierno de Jartum para que acepte la resolución de Naciones Unidas votada la semana pasada que plantea que sean fuerzas de pacificación de Naciones Unidas las que asuman el mando de las operaciones en Darfur, que se encuentra al oeste de Sudán.

La mayor parte de los recientes ataques han sido perpetrados por Janjaweed, un grupo de milicianos árabes al que se le atribuyen la mayor parte de las atrocidades que se han producido en un conflicto que ha acabado con la vida de más de 180.000 personas y ha provocado el desplazamiento de otras 2.5 millones desde 2003.

Janjaweed podría estar todavía apoyado por el Gobierno sudanés, que prometió desarmar a los milicianos el pasado 5 de mayo tras el acuerdo de paz firmado en Abuja, Nigeria.

El viernes, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo que no había un "segundo que perder" si el mundo quiere salvar a cientos de miles de personas en la región sudanesa de Darfur, devastada por el conflicto.

Por otro lado, ayer, el Papa Benedicto XVI pidió acciones "concretas y rápidas" para detener el hambre mundial y salvar a cientos de miles de personas de la inanición en la conflictiva región sudanesa de Darfur.

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