Un grupo de activistas protestaron este jueves contra la presencia militar estadounidense en Australia, durante la estancia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la ciudad norteña de Darwin.
Congregados a las afueras del Parlamento del Territorio Norte australiano, los manifestantes portaban carteles en los que se leía mensajes como: "No a las bases" y "(Julia) Gillard (primera ministra australiana) es una marioneta de la maquinaria de guerra estadounidense".
El exoficial de la Fuerza Aérea Australiana Greg Chapman, quien forma parte de esta docena de activistas, dijo que el aumento de la presencia militar estadounidense no ayudará al país oceánico.
La abogada australiana Diana Rickard explicó que los residentes de Darwin "no quieren que los Marines estadounidenses hagan lo mismo que hicieron en Filipinas, Japón, Alemania y probablemente en los lugares en que tienen bases militares".
En el marco de su visita a Australia, el presidente estadounidense anunció el miércoles un acuerdo con Camberra para la presencia de un contingente inicial de 250 soldados en Darwin que llegará a los 2500 en 2017.
Esta iniciativa, que ya ha sido criticada por China e Indonesia, ha sido interpretada principalmente como una respuesta a la creciente inestabilidad en el mar de China Meridional debido a las disputas territoriales que este año han enfrentado a Pekín con Manila y Hanoi.
Australia y Estados Unidos operan conjuntamente la base militar subterránea de vigilancia de Pine Gap, situada en el centro de Australia y una de las más grandes fuera del territorio del país norteamericano.
Homenaje a las víctimas de Darwin
Obama, depositó una corona de flores en homenaje a las víctimas del destructor estadounidense USS Peary, bombardeado por los aviones japoneses en 1942, durante la II Guerra Mundial en el puerto australiano de Darwin.
En febrero de 1942, las tropas japonesas atacaron Darwin por sorpresa. Aquella batalla dio pie a la alianza militar entre EEUU, Nueva Zelanda y Australia, de la que se han cumplido sesenta años.
En ella, el Peary fue alcanzado por cinco bombas pero presentó batalla durante dos horas antes de hundirse en las aguas del puerto, donde su pecio permanece a 27 metros de profundidad.
EEUU perdió en esa batalla ochenta marinos y otros trece quedaron heridos. Fue el mayor número de bajas que ese país sufrió en aguas australianas.
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