Opuestos

Un casado... Daniel soltero

Concejal de Obras Públicas del Ayuntamiento de Molina de Segura. Con 51 años, está casado, con dos hijos. Natural de Extremadura, en su pueblo su apellido es habitual. Lo peor, los papeleos

¿Sufrió el cachondeo por su apellido en el colegio?

No. En mi pueblo, de Extremadura, es muy habitual mi apellido, que es muy antiguo. Los tuve al venir a trabajar a Murcia.

¿De qué tipo?

Pues siempre tenía que especificar que no estaba soltero, sino casado. De hecho, en mi primera empresa coincidí con un amigo que se llamaba Antonio Casado y dabamos charlas. La gente se partía de risa al presentarnos.

¿Y cuándo se metió en política?

Tenía que soltar la coletilla en todos los discursos y entrevistas en la campaña electoral que era soltero sólo de apellido.

Los mayores problemas...

A la hora de realizar cualquier papeleo oficial en la administración. Siempre tengo que repetir al funcionario de turno dos veces mi apellido y apostillar soltero, lo contrario de casado.

Un soltero... Eduardo casado

Periodista de 20 minutos. Con 25 años, aún no ha pasado por la vicaría. Nacido en Murcia, reside en Molina de Segura. Desde la infancia tuvo que aguantar las bromas por su apellido.

¿Pesa apellidarse casado?

Durante toda mi adolescencia he tenido que soportar las mofas de otros niños respecto a mi apellido; sobre todo en torno a los 14 años.

¿Qué tipo de bromas?

En especial las referentes al juego de palabras que formaban mis apellidos Casado Cerrato.

¿Y le ha causado algún trauma?

Al revés. Estoy muy orgulloso de mi apellido porque es singular. Mientras a mí me conocían por mi apellido, nadie se acordaba de los Pérez, los Martínez o los Sánchez.

Todavía sigue soltero, cuando se case algún día...

Será una forma de que no desentone mi apellido con mi estado civil.

¿Tiene ahora problemas con la administración?

Siempre hay cachondeo. En algunos sitios me suelen pedir con sorna que les repita mi apellido.

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