Pero pidan lo que pidan es el Ayuntamiento el que tiene la última palabra. En estos momentos, los responsables de Medio Ambiente están estudiando unas propuestas que, en cualquier caso, deben adaptarse a la ordenanza aprobada hace dos años. Esta norma busca el menor impacto ambiental. Por ello, si María Pita autoriza las antenas, exigirá que tengan una presencia mínima.

Para las compañías, esta expansión resulta fundamental para la implantación de las nuevas generaciones de móviles. Pero para muchos coruñeses, más antenas es sinónimo de más problemas. De hecho, el pasado año hubo protestas en Monte Alto y en el Castrillón ante la proximidad de las estaciones a los colegios, algo que inicialmente se iba a prohibir en la ordenanza municipal. Al final esta traba desapareció.

Si se atienden las peticiones de las compañías, se pasará de casi 80 a unas 120 antenas, algunas de las cuales estarán en sitios próximos al Conservatorio, a los hospitales Oncológico y San Rafael y a centros educativos de la plaza de España y A Maestranza.