Este viernes tendrá lugar la presentación del 'Proyecto Garnachas de España' —que incluye 5 vinos y la proyección de un documental— para homenajear la variedad de uva garnacha. El acto tendrá lugar dentro de la programación del 'Most Festival', "la cita internacional del cine relacionado con el vino y el cava que se celebra por primera vez en el Penedés".

Según un comunicado de Vintae, el documental es resultado del viaje del enólogo Raúl Acha por toda la cuenca del Ebro. Acha ha "recuperado viñas viejas de garnacha para elaborar cinco vinos que demuestran todo el potencial de esta variedad, además de los matices y singularidades de cada zona".

El documental "analiza el pasado, presente y futuro de la garnacha". Además, "trata de descubrir el por qué del abandono de una variedad tan valorada en su momento, que ha llevado al arranque de miles de hectáreas de viñedo viejo".

El hilo conductor de la película es el viaje que Raúl Acha, "viticultor, enólogo y apasionado defensor de la variedad, realiza por la cuenca del Ebro recorriendo las zonas que históricamente han cultivado la Garnacha como Cataluña, Aragón, Navarra y La Rioja".

"En esta 'road movie' la protagonista es la garnacha, y de ella habla Raúl con los personajes que va encontrando en su camino, viticultores, cooperativistas, bodegueros o un Catedrático de Viticultura", continúa el comunicado.

El viaje comienza en el seno de la familia Acha, donde Raúl defiende "el valor de los viñedos de garnacha que su abuelo plantó en 1906 en Cárdenas (La Rioja), y que a punto estuvo de arrancar su padre". Así, el enólogo "decidió lanzarse a buscar casos similares de viñedos viejos de garnacha que estuvieran a punto de ser abandonados". Su objetivo era "recuperarlos y elaborar en cada zona un vino de gran calidad y singularidad, que refleje el 'terroir', los matices y singularidades propios de su lugar de origen".

Entre los vinos que componen esta colección monovarietal, elaborada con uva procedente de viñas de más de medio siglo, tres están ya en el mercado: uno elaborado en tierras catalanas, 'La Garnatxa Fosca del Priorat'; uno en Aragón, 'La Garnacha Olvidada de Aragón'; y otro, en la cara Norte del Moncayo, 'La Garnacha Salvaje del Moncayo'.

El vino catalán, 'La Garnatxa Fosca del Priorat', "aúna perfectamente la mineralidad de los vinos de esa zona con una fruta fresca y sabrosa". Los viñedos, plantados hace más de sesenta años, están situados en las laderas y terrazas pizarrosas de las montañas de la zona de El Molar (Tarragona), a más de 300 metros sobre el nivel del mar. "El resultado es un vino complejo pero rico y fácil de beber al mismo tiempo".

En la Ribera del Queiles, en zona fronteriza entre Navarra y Aragón, se ha elaborado 'La Garnacha Salvaje del Moncayo' con uvas de viña vieja, plantada hace más de cincuenta años en la cara Norte del Moncayo, y que ha dado "un vino afrutado, fresco y de tanino dulce". El vino aragonés de la colección es 'La Garnacha Olvidada de Aragón', elaborada en la D.O. Calatayud, donde se han arrancado miles de hectáreas de garnacha. El viñedo de garnacha vieja del que procede este vino fue plantado en 1940, algo que expresa a la perfección en sus taninos amables y maduros.

"La colección se completará en unos meses con dos vinos muy personales, dos auténticos tesoros". El primero de ellos es 'El Garnacho viejo de la Familia Acha', que contiene el cariño, el cuidado extremo y el trabajo de la familia Acha, que vendimió personalmente sus viñedos centenarios ubicados en Cárdenas (La Rioja), pueblo natal de Raúl Acha. Sus familiares "despalillaron a mano, seleccionaron cada grano e hicieron el pisado a la manera tradicional para crear un vino muy especial de producción muy limitada", explica Vintae.

Garnacha de hielo

'La Garnacha de Hielo' "es uno de los pocos vinos de hielo que se producen en España, y procede también de los viñedos familiares de los Acha, pero en este caso vendimiados a finales del mes de diciembre con temperaturas entre los cinco y los diez grados bajo cero". A estas alturas del año, "la uva está sobremadurada, tiene una concentración máxima y de ella resulta un vino dulce de producción muy exclusiva, que no llegará a los 300 litros".

"El diseño vuelve a ser un punto importante en los vinos de Vintae y en este caso los protagonistas de la etiqueta son la vid, sus raíces centenarias, el suelo y las peculiaridades de cada una de las zonas que se han escogido para elaborar los distintos vinos de la colección", concluye el comunicado.