Si visitar Pixar, en las afueras de San Francisco, es el sueño de cualquier aficionado al cine de animación, hablar con John Lasseter debe ser parecido a sentarse cara a cara con dios. Director de las dos primeras entregas de Toy Story y Cars, es también el responsable final de Monstruos S.A., Buscando a Nemo, Up o Wall-E. Aunque es bromista y afable, sus asistentes prohíben al periodista preguntarle sobre el fallecido Steve Jobs, con el que Lasseter tuvo una íntima relación personal y profesional.

¿Imaginó, hace 25 años, que Pixar se convertiría en esto?

No: en 1986 éramos una empresa de software, y la animación era una pequeña parte de nuestras actividades. Solo nos centramos en ella al empezar Toy Story, y desde entonces hemos hecho muchas películas de las que me siento orgulloso.

Ademas de dirigir Pixar ocupa el más alto cargo creativo de Disney. ¿Cómo lo consigue?

¡Porque amo mi trabajo! Intento no preocuparme mucho de mi agenda, pero sí de tener tiempo para reunirme con los directores de cada película, participar en su aspecto visual y sus historias... Estar implicado desde el principio me ayuda, después, a estar al tanto de los detalles finales.

Acaba de lanzarse en España el DVD de Cars 2, su última película. ¿Por qué les gusta tanto a los niños esta saga?

Porque son películas muy personales. Mi padre vendía repuestos de coches y mi madre era profesora de arte: desde pequeño, mis dos grandes pasiones han sido dibujar y los automóviles.

Hablando de niños: ¿son iguales los de ahora a los de su época?

Sí y no. Está claro que están muy familiarizados con la tecnología y la comunicación, y quizá crecen más rápido que nosotros, pero siguen siendo chicos. Por otra parte, y sobre todo si trabajas en animación, no tienes que verlos como seres ajenos: todos tenemos un niño dentro, y es bueno estar en contacto con él.

Todas sus películas han sido números uno en la taquilla. ¿Cuál es su secreto?

La historia, siempre. Aunque algunas hayan sido secuelas, sus argumentos eran muy distintos a los de la película original. Para hacer una buena película de animación necesitas tres bazas fundamentales: una trama impredecible y apasionante para el público, personajes muy carismáticos y crear un mundo propio y maravilloso, pero con reglas creíbles. Luego viene la tecnología necesaria para completar todo eso, pero lo fundamental es la historia inicial, porque en una película así no hay experimentos, y el montaje final viene marcado desde el principio.

¿Sienten que el listón está cada vez más alto?

No... El futuro siempre es apasionante: el pasado, la experiencia, ayuda mucho, pero todavía más la incertidumbre y el descubrir cosas. Si hace 16 años, cuando estrenamos Toy Story, hubiésemos tenido más facilidades no habríamos alcanzado este nivel.

¿Cuál ha sido el mejor consejo que le han dado jamás?

Me divierte mucho, y me ha sido de enorme utilidad, algo que me dijo mi esposa hace muchos años: "No hagas una película pensando en el niño que la verá por primera vez, sino en el padre que se la tragará doscientas veces en vídeo". Parece que, hasta hoy, he intentado seguir sus palabras.

Y, como jefe de dos compañías tan enormes, ¿qué consejo daría usted a un empresario?

Que la colaboración es fundamental en todos los ámbitos de la vida, y que la clave en cualquier empresa es trabajar todos juntos. La mayor virtud que puede tener un jefe es saber rodearse de gente con más talento que él, encontrar a los mejores y poner todos los medios a su alcance para que desarrollen su capacidad. Parece algo sencillo, pero es muy complicado.

Acaban de darle una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, ¿se siente como tal?

Fue algo muy especial: crecí a 45 minutos en coche de allí, y cuando era pequeño solía ir con toda mi familia a esos cines. Imagínate, ir a ver, con 8 años, Mary Poppins en el Teatro Chino de Hollywood, ¡y que 50 años después tengas una estrella allí con tu nombre! Es emocionante, pero tampoco lo siento como un reconocimiento personal, sino como algo colectivo y para Pixar.

¿Cómo ve el futuro del cine?

No debemos preocuparnos tanto, porque cada vez más gente ve películas en sus televisiones, en el ordenador, en algún dispositivo móvil... Creo que, además, siempre habrá espectadores en las salas, pero tendremos que acostumbrarnos a otras formas de visionado, y tendremos que cuidar todos los detalles para que en todas ellas nuestras películas lleguen con máxima calidad.

¿Qué puede adelantarnos de Brave, lo próximo de Pixar?

Será impresionante... Es una película muy especial para la compañía, llena de novedades: será nuestra primera película con aroma a cuento tradicional, nuestra primera película de época, la primera protagonizada por una chica... Será única y muy distinta, emocionante, espectacular y llena de acción y humor.

¿Qué siente cuando lo llaman 'el nuevo Walt Disney'?

No estoy en absoluto de acuerdo... ¡Cómo voy a ser, con 54 años, algo nuevo! [risas] Me conformo con que nuestras películas entretengan a la gente y, sobre todo, con que los niños de hoy envejezcan recordando nuestras películas, y les transmitan ese cariño a sus propios hijos.

Nació en Hollywood en 1957. Tras trabajar en Disney saltó a Lucasfilm para desarrollar softwares de animación por ordenador: en 1986, Steve Jobs compró el departamento y creó Pixar, nombrando a Lasseter director. Todas las películas del estudio han sido número uno en la taquilla de EE UU, y han recaudado más de 5.000 millones de euros en las salas del mundo.