Trib.Los acusados de retener a una familia para cobrarse una deuda alegan que acudieron al piso para ofrecer ropa usada

La denunciante, sin embargo, ratifica haber sido secuestrada con sus cuatro niños y la cuidadora de éstos

La pareja de origen colombiano formada por Dumar A.P.O. y Angélica M.M.V, juzgada hoy bajo la acusación de haber mantenido retenida en octubre de 2006 a una familia en Íscar (Valladolid) para tratar de cobrarse una deuda de 30.000 euros, ha rechazado haber entrado a la fuerza en el domicilio de las supuestas víctimas y ha asegurado que el día de autos se personó en el inmueble con el único propósito de ofrecer ropa para los niños de los inquilinos.

Pese a ello, el Ministerio Fiscal no varió un ápice su petición de pena para ambos, consistente en seis años de prisión para cada uno por delito de allanamiento de morada en concurso medial con otro delito de detención ilegal, así como otros siete meses más de privación de libertad para ella por un delito de amenazas, mientras que la defensa solicitó a la sala un fallo absolutorio.

El matrimonio, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Valladolid, ha declarado que su presencia en la tarde del 16 de octubre de 2006 en un piso ubicado en el número 33 de la calle Real de Íscar, ocupado en ese momento por Ana María G.B, sus cuatro hijos, de entre cuatro años y unos pocos meses, y la cuidadora de éstos, obedece a que días antes un menor de 17 años al que conocían, también de origen colombiano y residente en la localidad, les había indicado que esta familia, en delicada situación económica, podría necesitar ropa de niño.

Por ello, los dos acusados aprovecharon uno de sus habituales desplazamientos desde Vallelado (Segovia), localidad donde residían, hasta Íscar, en la que vivieron con anterioridad, para, una vez realizadas distintas compras, acercarse hasta la referida vivienda para entrevistarse con sus moradores y brindarles la posibilidad de entregarles ropa de su hija de dos años.

Ambos, en declaraciones recogidas por Europa Press, sostienen que fue sobre las 20.00 horas cuando llamaron al timbre de la puerta y nada más entrar en la vivienda, "sin tener tiempo de cruzar una palabra", como así ha apuntado Angélica M.M.V, aparecieron el marido de la inquilina y varios agentes de la Guardia Civil, quienes procedieron a su detención.

"Es totalmente falso que entráramos sin permiso de la dueña y para cobrar una deuda", ha añadido Dumar A.P.O, quien ha insistido en que él se dedica en Vallelado a trabajar con marranos y jamás ha estado metido en asuntos de este tipo.

Frente a ello, la moradora de la vivienda, Ana María G.B, quien, al igual que su marido, prestó declaración por videoconferencia desde Zaragoza, ratificó punto por punto la denuncia presentada en su día contra el matrimonio y un tercer implicado, el también colombiano y declarado en rebeldía por encontrase fugado José Julián S.A, según la cual los tres citados y el referido menor de 17 años entraron sin su permiso en el domicilio y la tuvieron secuestrada entre una y dos horas junto a sus niños y la cuidadora. "¡

Me temblaba el culo,

Casi me meo!"

La víctima ha recordado que tras sonar el timbre de la puerta abrió al creer que se trataba de algún vecino del pueblo y que acto seguido su casa se vio invadida por personas que no cesaban de interrogarla en términos de "¡dónde está el negro ese que nos debe dinero!", en referencia a un amigo de su marido, también de raza negra, que, al parecer, les adeudaba unos 30.000 euros.

"Me acuerdo de todas las palabras, los hechos...eso no se me olvida", ha advertido la mujer, que de forma atropellada y aún con el susto metido en el cuerpo ha relatado que fue entonces cuando Angélica M.M.V, que aquel día llevaba a su hija de dos años en los brazos, le advirtió de que si no colaboraba iban a pagar "justos por pecadores", aunque las palabras más crueles fueron las proferidas por el procesado ausente, que incluso amenazó con llevarse a sus hijos.

Durante su declaración, la denunciante ha indicado que aquella tarde ella y sus niños vivieron un episodio traumático que el mayor de ellos, hoy de nueve años, aún recuerda como una pesadilla. "Me temblaban las piernas, me temblaba el culo, casi me meo encima", ha indicado hasta en tres ocasiones y con voz temblorosa Ana María G.B, que pese a encontrarse en aquella situación fue capaz de aprovechar un descuido para llamar por teléfono móvil a su esposo, que se hallaba trabajando, e informarle de lo que estaba ocurriendo.

La llamada la efectuó Ana María cuando la pareja procesada y el tercer acusado se ausentaron del piso durante un rato y dejaron como supuesto carcelero al menor de 17 años, a quien los tres anteriores habían encomendado la misión de esperar la llegada del marido de la primera y de informarles puntualmente de cualquier novedad.

El aviso permitió a la Guardia Civil la detención de los supuestos captores, a excepción de José Julián S.A, quien fue interceptado un mes después. Este último procesado, que se encuentra declarado en rebeldía por encontrarse prófugo de la Justicia, será juzgado en solitario en el supuesto de que vuelva a ser detenido.

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