Cascos cree que "nadie ha pagado más por menos" que Camps y evita pronunciarse sobre Blanco

Pone todo en "cuarentena" porque no le merecen "ninguna credibilidad" algunas informaciones policiales
Presidente De Asturias, Alvárez-Cascos
Presidente De Asturias, Alvárez-Cascos
EUROPA PRESS
Presidente De Asturias, Alvárez-Cascos

El presidente del Principado de Asturias, Francisco Álvarez-Cascos, ha evitado este martes realizar juicios de valor sobre casos de corrupción en los que se relaciona a políticos, como los que afectan al ministro de Fomento, José Blanco, o al expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps, aunque sí ha apuntado que "nadie ha pagado más por menos" que el político valenciano.

"No quiero hacer juicios, pero creo que nadie ha pagado más por menos que Camps en la historia política de España", ha desvelado Cascos durante su intervención en los Desayunos Informativos de Europa Press preguntado por la gestión que hizo el PP del escándalo de los trajes en el que se vio inmerso el expresidente valenciano.

En cuanto al portavoz del Gobierno y ministro de Fomento, Cascos ha rechazado valorar las informaciones publicadas y ha recordado que él mismo se vio implicado en un caso en el que las informaciones "eran rotundamente falsas" y por el que ya ha iniciado las acciones legales oportunas.

"Tengo limitación para juzgar algunas informaciones porque tengo constatación personal de la credibilidad de algunas informaciones policiales en asuntos que conozco personalmente y no me merecen ninguna credibilidad", ha insistido para justificar la puesta "en cuarentena" de los casos de los demás.

Medidas para evitar la corrupción

Para evitar estas situaciones, Cascos ha abogado por tomar medidas contra la corrupción. A su juicio, la primera decisión debe ser eliminar la discrecionalidad en las concesiones de las administraciones públicas, como asegura que realizó durante su etapa al frente del Ministerio de Fomento.

"Mientras en las decisiones de las administraciones públicas se admita la discrecionalidad, aparecen los riesgos —ha insistido—. Cuando un automatismo, es imposible que haya corrupción. Todo aquel que sienta una legítima preocupación por la deriva que puede tener la falta de controles, tiene que modificar el sistema".

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