El Primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, ha asegurado este domingo que la supervisión por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) de las reformas anunciadas en Italia para fomentar el crecimiento y reducir el endeudamiento, se puede detener cuando se quiera.

"Hemos pedido al FMI que compruebe como va la marcha de la aprobación de estas reformas para autentificarlas ante todos. La petición la hicimos nosotros y la podemos retirar cuando queramos", dijo Berlusconi durante una intervención por teléfono en un acto.

Berlusconi intervino en el congreso del movimiento político Acción Popular. creado por el diputado del grupo mixto Silvano Moffa.

Durante la pasada cumbre del G20 en Cannes (Francia), se anunció que el Gobierno de Berlusconi había pedido al FMI que examinara las reformas para dar mayor credibilidad al país.

La supervisión del FMI, que dará lugar a evaluaciones trimestrales, se desarrollará en paralelo a la que va a llevar a cabo de oficio la Comisión Europea, que la próxima semana tiene previsto enviar una misión a Italia.

Como explicaron en Cannes, la razón que llevó a Italia a pedir un mayor escrutinio de su acción a partir de los métodos del FMI y del Ejecutivo comunitario fue la constatación de "una reacción de los mercados" al empezar a contemplar el riesgo de un contagio de la crisis griega a un país, que por su dimensión, tiene un carácter sistémico.

Desde la cumbre europea de los pasados 26 y 27 de octubre, Italia ha anunciado una serie de medidas, y en Europa ahora se espera que el Gobierno de Berlusconi las aplique "con determinación".

Berlusconi insistió este domingo en que, a pesar de los últimos abandonos de diputados de su grupo, su Gobierno puede contar aun con la mayoría en el parlamento. "A pesar de los abandonos, que espero puedan regresar, tenemos aun la mayoría. Hemos comprobado los números en las últimas horas y tenemos la mayoría", dijo Berlusconi en una intervención telefónica durante el congreso del movimiento Acción Popular.

Los medios de comunicación italianos publican que ante el importante voto del próximo martes, cuando se tendrá que aprobar el documento con las cuentas del Estado de 2010, los diputados de la coalición gubernamental se han reducido a 306 debido a los últimos abandonos, por lo que no se conseguiría aprobar el texto.

Mientras se encontraba en la cumbre del G20, a Berlusconi le dieron la espalda dos de los diputados de su partido: Alessio Bonciani e Ida D'Ippolito, quienes pasaron a formar parte del grupo de la Unión de Democristianos de Centro (UDC). Según la prensa, serían ya 20 diputados los que estarían pensando en votar el martes contra el Gobierno.

Pero Berlusconi reiteró que, según sus cuentas, tienen la mayoría y agregó que "no existen alternativas" a su Gobierno hasta 2013, fecha en la que termina la legislatura. "No creemos en Gobiernos de unidad nacional, ni Gobiernos técnicos. Nosotros continuaremos gobernando, pero si al final no es posible, la única alternativa serían las elecciones anticipadas", añadió.

Berlusconi lanzó un llamamiento a los partidos de la oposición para que voten las reformas económicas previstas por su Gobierno para reducir la deuda y fomentar el crecimiento como ha pedido la Unión Europea, pues "no votarlas no es ir contra la mayoría sino contra Italia", agregó.

"Nuestro país se encuentra ante la doble amenaza: la de la especulación en los mercados y la especulación política sobre la crisis en el intento de buscar un atajo para llegar al poder. No podemos, por tanto, dejar Italia en manos de esta izquierda", añadió.

Por otra parte, el líder del Partido Demócrata, Pierluigi Bersani, anunció que se está pensando en la posibilidad de presentar una moción de censura. "No sé que pasará el martes, pero discutiremos con el resto de partidos en la oposición y evaluaremos si presentar un voto de censura", agregó.