La Audiencia de Málaga ha condenado a dos hombres de nacionalidad colombiana que actuaban como intermediarios, distribuyendo droga a sus clientes, quienes, a su vez, vendían la sustancia a otras personas. Se les intervino un kilo de cocaína en una transacción que planeaban en la provincia de Granada.

Según se declara probado en la sentencia, uno de los acusados, con domicilio en Madrid, "venía dedicándose a la distribución de importantes cantidades de cocaína", proporcionada por otras personas no identificadas, que "entregaba a cambio de dinero a sus clientes", quienes a su vez se dedicaban a distribuir la droga entre terceros.

Éste contaba con la colaboración del otro procesado, también residente en Madrid, quien "a las órdenes del primero, recogía las cantidades de droga y las transportaba hasta el lugar acordado" por el otro "para entregarlas al destinatario y recibir el dinero convenido", según la resolución a la que tuvo acceso Europa Press.

Para ello, contaba con un vehículo al que "había realizado un habitáculo bajo el salpicadero de la zona del copiloto para ocultar la droga", indica la sentencia, en la que se añade que éste, en otras ocasiones "y siempre por orden o indicación" del primero, "también hacía gestiones con proveedores para obtener la cocaína demandada".

Este "entramado" se conoció por las investigaciones realizadas por la Udyco sobre otra persona, interviniéndose sucesivamente varios teléfonos y realizando los agentes diversas vigilancias, indica la resolución. Gracias a esas pesquisas, se supo que en abril de 2010 se iba a producir una transacción de un kilogramo de cocaína.

Así, el día concreto se estableció un dispositivo en distintos puntos de la A-92, desde Loja a Chauchina, en la provincia de Granada, lo que permitió que fuera localizado el segundo acusado en el vehículo habilitado, quien fue interceptado por los agentes, se indica en la sentencia.

En el interior del coche se intervino oculto un paquete con varias capas de envoltorio que, tras ser pesado y analizado, resultó ser 1.004 gramos de cocaína, con una pureza de 62 por ciento, lo que suponen 630 gramos de cocaína pura, por lo que se detuvo al acusado que conducía el coche, precisa la Sala.

El otro acusado, al darse cuenta de que la operación había salido mal, huyó de su domicilio, que fue registrado. Finalmente, fue localizado en una calle de Madrid. Según los precios de la Oficina Central Nacional de Estupefacientes entonces, la droga intervenida habría alcanzado en el mercado ilícito el precio de 27.600 euros.

Los acusados mostraron su conformidad con los hechos por los que se les acusaba y con las penas solicitadas por el ministerio fiscal, por lo que se les condena a cada uno por un delito contra la salud pública a la pena de tres años y nueve meses de prisión y a una multa de 82.800 euros.