Con zapatos de tacón en su mayoría de color rojo, más de 200 hombres de todas las edades marcharon por las calles de El Paso (Texas) para levantar su voz de inconformismo por la violencia doméstica que afecta a las mujeres de esta ciudad estadounidense.

La marcha denominada Walk a mile in her shoes, Camina una milla en sus zapatos, fue instaurada en esta ciudad por la organización sin ánimo de lucro YWCA, dedicada a eliminar el racismo en todos sus niveles y a luchar en contra del maltrato femenino.

"Nuestro propósito es que todas las personas tomen conciencia del gran problema que vivimos por el abuso sexual y la discriminación de género en contra de las mujeres", ha manifestado la doctora Sandra Braham, directora ejecutiva de YWCA.

Braham ha señalado que durante el año fiscal que terminó el pasado 31 de agosto, se contabilizaron en esta ciudad 377 casos de abuso sexual, de los cuales el 94% fueron cometidos en contra de mujeres, desde los dos 2 hasta los 67 años.

"Queremos evitar que esta cifra siga en aumento, porque sabemos que son muchos más los casos existentes que jamás se denuncian a las autoridades pertinentes", ha argumentado la directora.

Bomberos, policías, militares y miembros de organizaciones sociales, también se pusieron sus zapatos de tacón y marcharon por las calles de la ciudad apoyando la causa.

"Esta marcha sirve para educar a la comunidad en general sobre el respeto y la consideración que se le debe tener a la mujer en todas las clases sociales", ha indicado Rubén Rivera, participante de la jornada.

Camina una milla en sus zapatos celebra este año su décimo aniversario a nivel nacional, pero en El Paso es la segunda ocasión que se lleva a cabo.

"Nuestra comunidad necesita de actos de esta índole que se opongan al maltrato físico, verbal o mental en contra del sexo femenino", ha dicho Erik Baray, portavoz de YWCA.

Durante el recorrido, los participantes llevaron carteles que decían: "Soy lo suficientemente hombre", para dar a entender que un hombre de verdad no ultraja a ninguna mujer.

Esposas, hijas y amigas también se dieron cita allí para demostrar su apoyo y admiración a los hombres que, sin reparo alguno, se montaron en los altos tacones e iniciaron con enormes problemas una corta marcha que a muchos se les hizo eterna.