Italia acuerda que el FMI y la UE monitoricen el plan de reformas del país

El primer ministro italiano Silvio Berlusconi, sale de la primera sesión plenaria de la cumbre del G-20 en Cannes.
El primer ministro italiano Silvio Berlusconi, sale de la primera sesión plenaria de la cumbre del G-20 en Cannes.
Dan Kitwood / EFE
El primer ministro italiano Silvio Berlusconi, sale de la primera sesión plenaria de la cumbre del G-20 en Cannes.

El Gobierno de Italia ha acordado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE) monitoricen el plan de reformas implementado por Italia y los progresos derivados del mismo en los campos de las pensiones, el trabajo y las reformas estructurales, según ha informado un alto cargo de la UE.

"Necesitamos estar seguros de que hay credibilidad en los objetivos de Italia, que va a lograrlo. Hemos decidido que el FMI participe en la monitorización, usando su propia metodología, y los italianos han dicho que pueden vivir con eso", ha dicho.

"Italia no tiene ningún problema con esta vigilancia, incluso con la participación del FMI", ha valorado, agregando que la Comisión Europea y el FMI realizarán sus propios informes sobre cómo está alcanzando Italia sus objetivos.

Además, ha señalado que una línea de crédito de precaución no es vista como una opción creíble para Italia, donde uno de los principales problemas ha sido la falta de confianza de los mercados sobre sus planes.

"Con el clima general y la falta de credibilidad de Italia, cada pequeño contratiempo o problema se agrava y empeora las cosas, así que los mercados no se puede tener confianza ", ha apostillado.

El "cortafuegos" europeo

La contribución del FMI al "cortafuegos" que levanta la zona euro para evitar el contagio es una cuestión todavía abierta, pendiente entre otras de discusiones técnicas que se llevan a cabo hoy durante la segunda y última jornada de la cumbre del G20 (países más desarrollados y emergentes) de Cannes.

Anoche la crisis de las deudas soberanas de la eurozona fue tratada en una reunión en la que participaron los líderes de los países de la moneda única presentes en Cannes (Alemania, Francia, España e Italia), la directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde, y también el presidente estadounidense, Barack Obama.

La actitud de Estados Unidos es que aún reconociendo que se trata de un problema europeo, dado el riesgo sistémico quiere ayudar.

Una ayuda que, para los europeos podría venir de su contribución al "cortafuegos" que pretende evitar el contagio, pero también de "poner su casa en orden", una forma de referirse a los desequilibrios de las cuentas de Estados Unidos.

El próximo lunes hay convocada una reunión del Eurogrupo donde se va a abordar el montaje del refuerzo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), cuya preparación efectiva decidió acelerarse por las turbulencias generadas después de que el pasado lunes el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, anunciara su intención de convocar un referéndum sobre su rescate.

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