'Días de vino y rosas', bajo la dirección del realizador Lluís Burset, que se estrenará en el marco del Festival Temporada Alta este viernes y podrá verse en la sala La Planeta de Girona hasta el domingo, narra la historia de una pareja que huye de Belfast (Irlanda) a Londres con el objetivo de empezar una nueva vida hasta que el alcohol aparece como tercer personaje.

Xavier Ripoll y Sílvia Escuder encarnan la pareja protagonista de la obra, versionada por el irlandés Owen McCafferty a partir del guión cinematográfico original de J.P. Miller.

Tal como han explicado el director y los actores protagonistas en rueda de prensa, el espectáculo relata la historia de "chico conoce chica" y es que los dos y únicos personajes de la obra, Donald y Mona, se conocen en el aeropuerto de Belfast: ella huye de una atmósfera familiar católica opresiva y él, corredor de apuestas, piensa que en Londres todo es posible.

El alcohol ya aparece de manera inquietante en su primer encuentro y acaba adentrándose en sus vidas en un espiral autodestructiva; todo ello con el trasfondo de una Irlanda del Norte marcada por los conflictos a finales de la década de los sesenta, época en la cual está ambientada la obra.

"Al final tiene sentido que en Belfast haya una situación conflictiva ya que da dramatismo a lo que sucede al final de la obra, pero no tiene una importancia capital", ha admitido Burset.

El director también ha comentado que 'Días de vino y rosas' trata la problemática del alcoholismo, pero también de las perspectivas que tienen las personas en su vida y cómo la irrupción del alcohol puede convertirlo todo en un fracaso; "también se habla de cómo gestionar este fracaso", ha dicho.

"El alcohol planea todo el rato en la obra, pero también se tratan otros temas como la soledad de las personas o la incapacidad de comunicarse", ha añadido Ripoll.

El texto, que podrá verse por primera vez en Catalunya, juega con la duplicidad de carácter; por un lado por que son dos personajes y también por que el alcohólico, cuando bebe, se transforma y actúa como prisionero de uno mismo, ha detallado Burset.

"Hemos profundizado en la distancia que tienen los personajes entre la realidad tal como es y la que ven ellos y les hace beber, por lo que hemos trabajado los personajes psicológicamente", ha explicado el director.

Escuder, por su parte, ha afirmado que es una apuesta diferente y que realmente ha sido un reto trabajar estos personajes, por su transformación provocada por el alcohol que tiene que entenderse a lo largo de la hora y media de espectáculo: "es un cambio muy bestia", ha admitido.

Para preparar bien sus papeles como Donald y Mona, tanto el director como los intérpretes asistieron a varias sesiones de alcohólicos anónimos.

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