Ana: "Ahora soy mileurista, como todo el mundo, pero tengo que estar muy agradecida"

Ana Mendoza, en la tienda de Adolfo Domínguez de la T2, donde acaba de encontrar trabajo.
Ana Mendoza, en la tienda de Adolfo Domínguez de la T2, donde acaba de encontrar trabajo.
A.M.
Ana Mendoza, en la tienda de Adolfo Domínguez de la T2, donde acaba de encontrar trabajo.

Un total de 4.360.926 personas no tienen empleo actualmente, según los últimos datos publicados este jueves por el antiguo INEM. Por suerte, Ana Mendoza Abraira ya no forma parte de esa dramática cifra. "Después de más de un año en paro y varios trabajos esporádicos, al fin he encontrado un empleo", confiesa Ana.

Esta joven madre de 34 años, que vive en Galápagos (Guadalajara), trabajaba como administrativa en una inmobiliaria cuando se quedó embarazada. "En aquel momento vivíamos una buena época y decidí dejar mi puesto para cuidar a mis hijos", explica. Entonces, nació Carlota, que ahora tiene 4 años, y dos años más tarde llegó el pequeño Marcos.

Poco después del nacimiento del segundo de sus hijos, el marido de Ana, de 44 años, se quedó sin trabajo. "Valentín era transportista y de pronto le echaron", explica. Además, cuando ella trató de volver a incorporarse al mercado laboral, ya era demasiado tarde. "Empezó la crisis y era muy difícil encontrar nada", asegura.

Desde entonces, Ana ha tenido algún trabajo esporádico, mal pagado y muy breve. "Trabajé como camarera en un hotel, haciendo las camas de las habitaciones, pero pagaban muy poco y me trataron muy mal", detalla. "Además, mucha gente se aprovecha de la difícil situación que estamos viviendo", critica Ana.

"Luego me contrataron en El Corte Inglés, pero solo para trabajar los jueves, viernes y sábados cobrando 400 euros", explica, pero solo estuvo dos meses en ese puesto. Después, vuelta al desempleo. Por suerte, Ana ha encontrado recientemente un puesto de trabajo en la tienda que Adolfo Domínguez tiene en la T2 del aeropuerto de Barajas. "Ahora soy mileurista, como todo el mundo, pero no me puedo quejar, tengo que estar agradecida", reconoce.

"Ayuda familiar"

Durante todo este tiempo, Ana y Valentín no hubieran podido salir adelante sin la ayuda de su familia. "Nuestros padres nos pagaron prácticamente todos los recibos algunos unos meses", cuenta Ana. Sin embargo, tienen deudas.

"Debemos un par de recibos de la hipoteca de la casa y tenemos el teléfono cortado", explica. "La guardería la tiene que pagar mi madre, porque no hay ninguna pública donde vivimos", confiesa.

Sin embargo, Ana ha tenido más suerte que su marido, que también trabaja esporádicamente como DJ. "A veces le sale algún 'bolo', pero en algunos de ellos ni siquiera le pagan después", asegura. "Él sigue echando currículums a todos los sitios, pero de momento no ha salido nada, y ya lleva casi dos años en paro", explica Ana.

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