El director de El Mundo, Pedro J. Ramírez, ha señalado este miércoles en el transcurso de una conferencia celebrada en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) bajo el título 'La encrucijada empresarial del periodismo' que "si para el conjunto de España el cambio es necesario, para Andalucía sería terrible que esto no sucediera", en relación a las elecciones autonómicas que se celebrarán en 2012.

Durante su intervención, y tras ser presentado por la diputada del PP en el Congreso por Sevilla y exalcaldesa de la capital hispalense, Soledad Becerril, quien ha dicho de Pedro J. Ramírez que "es un empresario perseverante, un columnista arrollador y oceánico, y un director de periódico intuitivo y con mucho talento", el director ha manifestado que "el mayor aval del PP es que fue capaz de resolver problemas graves" cuando llegó al Gobierno en el 96, pero en Andalucía "no ha ocurrido eso y los elementos perversos del poder se perciben por los ciudadanos y también desde fuera".

"El PP andaluz ha hecho un trabajo meritorio y merece esta recompensa", destaca. A la ponencia han asistido, entre otros, el presidente del PP-A, Javier Arenas, el coordinador de área económica del PP y cabeza de lista al Congreso de los Diputados por Sevilla, Cristóbal Montoro, el presidente del PP de Sevilla y número uno al Senado, José Luis Sanz, o el presidente de la CEA, Santiago Herrero.

Al hilo de anterior, ha indicado que a nivel nacional "estamos mucho peor" que a mediados de los 90, porque por entonces "dependíamos más de nosotros mismos para buscar soluciones, y el Gobierno del 96 tenía margen para buscar mecanismo de eficiencia económica, y nos convertimos en uno de los países fundadores del euro". En el ámbito político agrega, "se sucedieron episodios inauditos como el crimen de Estado o la corrupción desde los altos estamentos del poder, pero tenían un solución tan coyuntural como su origen".

Sin embargo, y "pese a que la crisis política no está vinculada a comportamientos tan extremo de quienes ejercen el poder, lo que en realidad hace la crisis más aguda que a mediados de los 90 es que en las dos legislaturas últimas se han tomado decisiones que desestabilizan el pacto constitucional del 78", lo que ha llevado a "una crisis del modelo de Estado, con una reforma unilateral que rompe el consenso". Al respecto se ha referido al Estatuto catalán y al inicio de una negociación con ETA que "ha obtenido significativos frutos y concesiones", y "lo más importante —añade— que su brazo político haya participado en las municipales y lo haga ahora en la generales sin haber entregado las armas".

Por ello, "desde el punto de vista de la percepción de la sociedad, los problemas económicos y políticos son problemas de más calado que hace 15 años", afirma el director de El Mundo, al tiempo que asegura que "a mediados de los 90 España era la plataforma del pasotismo", y "ahora ha surgido un movimiento que está al margen de todo, como es el de los 'indignados', que cuestiona no solo el desempeño del poder, sino la propia democracia representativa".

"El legado del nuevo Gobierno tras el 20N va a ser espeluznante" por lo que Mariano Rajoy "requerirá del milagro de los panes y los peces", señala. Además, llegará el momento en que cuestiones "como la productividad, la dependencia de la economía de subvencione del poder público, o el reconocimiento de los salarios nominales por encima de la Unión Europea requieran de una terapia de choque", argumenta.

Y aquí, continúa, el papel de la opinión pública y los medios de comunicación "es muy importante, tan decisivo como el de los primeros momentos de la transición", porque "hay que explicar a la gente como se ha llegado hasta aquí, así como la nueva receta para salir de esta situación y conservar la capacidad de decidir por nosotros mismos o por parte de la instancias supranacionales en las que tengamos votos". "Los medios llegamos mal a esta encrucijada y debemos ser declarados sector de reconversión", destaca Pedro J. Ramírez, ya que "con la actividad tradicional no se podría mantener la capacidad para que los medios puedan cumplir su función en una democracia".

Así, ha reconocido que aunque existen más lectores —el digital de El Mundo suma 30 millones de usuarios por Internet— "la situación es más complicada, porque en pleno auge social de la información los medios están en crisis", y "estábamos llegando a un callejón sin salida". Pero, asegura, "los problemas que las tecnología nos está creando también nos los está empezando a resolver, y el iPad —El Mundo presentó una aplicación para la versión digital del periódico— representa un salto desde el punto de vista antropológico", y aunque "no digo que la prensa escrita vaya a desaparecer, aquí hay un soporte más eficiente para la distribución de periódicos". "El horizonte es el de una edad de oro de los periódicos, quienes tienen la capacidad de innovar de la manera que lo hacemos en Orbit y salir así de la crisis", asegura.

Al hilo de lo anterior, concluye que también la democracia tiene "la capacidad de regeneración", y en este sentido ha manifestado que Europa "está planteando un cuarto desafío, completar lo que se creó con el euro, lo que implica una nueva translación de liberación de las partes a un conjunto de democracias europeas", así "si se vuelve a recortar el gasto público y se crea empleo, podremos estar entre los fundadores en primera fila de esta cuarta oleada europeísta". "Con el voto del próximo 20N y una vez que el PP ha presentado su programa, y con sus antecedentes, el acto de votar por el cambio significa tirar la gorra al otro lado de la valla", destaca.

Presentación de '

El primer naufragio'

Además, Pedro J. Ramírez presenta esta tarde en Sevilla su libro 'El primer naufragio' sobre la Revolución Francesa, su primer libro de historia, y que está dedicado a la minuciosa reconstrucción del golpe de Estado jacobino contra la mayoría moderada de la Convención Nacional que tuvo lugar en París entre el viernes 31 de mayo y el domingo 2 de junio de 1793. Al respecto, el director ha señalado que entregó su libro en enero de este año, "por lo que nadie puede alegar que yo quisiera intervenir en el debate político presente", y ha resaltado que se trata de un libro "interesante para los políticos, y sin ninguna concesión a la ficción".

Por último, el autor ha afirmado que las tres enseñanzas "capitales" que les ha proporcionado este libro: "ningún régimen puede tener un horizonte de estabilidad si no puede garantizar la prosperidad de los ciudadanos; no es posible conseguir bienestar por parte un Gobierno que no es capaz de cuadrar sus cuentas; y por muy imperfecta que sea la democracia representativa, siempre es la opción menos mala respecto a otras iniciativas que puedan plantearse".