No tiene por qué. Suelen coincidir en agresiones producidas dentro de la familia, pero no si se dan fuera.

¿Qué es más urgente, la prevención o la atención?

Es imposible separarlas. Hay que continuar atendiendo a las víctimas, si bien es cierto que hay que dedicar más esfuerzos a la prevención.

¿Hay más agresiones de las que nos imaginamos?

Sí, hay mucho, pero no se sabe. Se queda en el ámbito de lo privado, y en ese terreno nadie se atreve a entrar.

¿Y el maltrato psicológico?

Se le da menos importancia y se minimizan esas conductas, pero es igual de grave. Es incluso más frecuente, porque si anulan a su pareja, ya no necesitan llegar a la agresión física. En cambio, siempre que hay maltrato físico, se produce además el psicológico.

¿Nos afecta a todos?

No hay un perfil. Afecta a todas las clases sociales y

culturales. Los agresores sexuales no llevan puesta la gabardina, pueden estar integrados socialmente, tener pareja estable e hijos. Hay quien tiene recursos para maquillarlo.

¿Cómo estamos en Valladolid de recursos?

En prevención, se hace poco y el juzgado de violencia de doméstica está colapsado. No se gastan los recursos de manera correcta. Está comprobado que las terapias para maltratadores no funcionan, y valdría la pena dedicar ese dinero a las víctimas.

Bio. Es vallisoletana, tiene 34 años y lleva trabajando 11 con la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Malos Tratos.